El director de Arcelor-Mittal para el Suroeste de Europa, José Manuel Arias, cambió ayer la tijera que tanto temían los sindicatos por nuevas inversiones. En una reunión con las centrales en la sede de la empresa en La Granda, el ingeniero asturiano anunció que se aprovecharán las obras de ampliación de la acería de Avilés (la LD-III) para cambiar el sistema de refrigeración de los dos hornos altos de Veriña (Gijón), lo que obligará a que durante un tiempo ambos estén parados a la vez. Arias también desveló que se están licitando ya los trabajos para reconstruir las baterías de coque de Gijón. Según los cálculos sindicales, este año el grupo siderúrgico desembolsará en total 275 millones en mejorar sus talleres de la región, una cantidad superior a la previsto.

Los sindicatos entraron en la reunión con Arias temeorosos de que pudiera poner sobre la mesa ajustes (recortes de inversiones, reducción de plantillas o salarios) para hacer frente a la caída de los precios por la competencia del acero chino, pero el desenlace fue otro. "Este será el año de las inversiones", aseguró el portavoz de UGT, Iñaki Malda. Eso sí, Arias supeditó el desarrollo de las obras a que se cumplan escrupulosamente los ratios de productividad que le exigen sus superiores desde Luxemburgo. De no cumplirlos, algunas obras podrían ralentizarse o, incluso, paralizarse, previno. Los representantes de los trabajadores aseguran que no habrá problemas para alcanzar los objetivos que marca Lakshmi Mittal, presidente y dueño de la siderúrgica.

Según Arias, la fórmula para conseguir esta mejora de la productividad es la siguiente: el 70% dependerá del aumento de la capacidad de producción que llegará gracias a las inversiones y el 30% por ajustes en la plantilla, que se harán mediante el sistema de prejubilaciones que recoge el nuevo acuerdo marco, donde se prevé la salida de 900 trabajadores de las plantas asturianas en los próximos cuatro años. Es posible que parte de esos puestos queden sin cubrir. CC OO pidió a la empresa que no aproveche este sistema para "diezmar las plantillas".

"Lo que se nos transmitió es que para que haya inversiones es necesario incrementar la productividad", señaló el portavoz de CC OO, Juan Carlos Acebal. Si todo sale bien, señaló el ugetista Malda, en 2017 la multinacional podría anunciar nuevas inversiones para acometer una segunda ampliación de la acería avilesina. Estas mejoras tendrían como objetivo atender un nicho de mercado hasta ahora poco explotado por la multinacional, el del sector de torres eólicas marinas, en plena expansión. "Al final, estamos hablando de que podrían llegar a invertirse más de 400 millones", apostilló Iñaki Malda.

Arias despejó la mayor parte de las dudas que tenían los sindicatos sobre el calendario de inversiones. Aseguró que lo más complejo de los trabajos, como instalar la nueva colada continua en la acería de Avilés, se hará en el último trimestre del año. Al mismo tiempo se pararán los dos hornos altos de Veriña para cambiar los llamados "staves", sus sistemas de refrigeración. Es, señalaron los sindicatos, una de las piezas que sufren un mayor desgaste.

También garantizó que, pese a los retrasos iniciales, la ampliación del tren de carril se va a llevar a buen puerto. Se trabaja ya para poder fabricar vías de tren de una mayor longitud (de hasta 108 metros de longitud) sin perder calidad. Arias despejó las dudas que podría haber sobre la marcha de los trabajos para reconstruir las baterías de coque de Gijón. Según apuntó, algunos de los trabajados iniciales ya se están licitando. Los sindicatos aseguraron que ya hay obreros trabajando en la zona.

"Lo importante es que las inversiones están en marcha", resaltó el portavoz de USO, Segismundo Lorenzana. Y añadió: "La verdad es que de la reunión hemos salido algo más optimistas". Durante los trabajos de mejora de los talleres muchos empleados aprovecharán para tomar vacaciones o hacer cursillos, según los sindicatos.

Que las inversiones se vayan a hacer no quita para que el panorama presente algunos nubarrones que amenazan tormenta. Arias aseguró que la situación en Europa es complicada debido a la competencia de China, que está inundando el mercado con toneladas de acero barato. Podrían estar en riesgo entre uno y tres millones y medio de empleos en la industria del Viejo Continente, alertó. Pese a esas amenazas que llegan desde Oriente, las fábricas asturianas están produciendo a pleno pulmón, prácticamente al máximo de su capacidad, según destacó. La multinacional prevé alcanzar este año los 5 millones de toneladas de producción.

Aún así, el bajón de los precios que está teniendo que aplicar Arcelor para poder competir con China puede desembocar en nuevos ajustes. De primeras, esto obligará a la multinacional a recortar un turno en el carril y a tomar medidas similares, aún sin concretar, en el alambrón.