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Asturias es la autonomía con mayor tasa de engaño a las aseguradoras

Accidentes que se exageran para arreglar abollones antiguos o cobrar por lesiones y robos fingidos, los timos más comunes l Las compañías extreman los controles

Asturias es la autonomía con mayor tasa de engaño a las aseguradoras

La crisis ha multiplicado los intentos de fraude a las aseguradoras y los procedimientos para sortear los controles de estas compañías. Asturias figura, según un estudio del grupo Axa, como la comunidad que en 2015 tenía una mayor tasa de engaños al seguro, después de registrar un notable incremento de un año para otro. Los "timos" más comunes son los relacionados con accidentes de tráfico en los que se exagera el siniestro con el objeto de arreglar, por ejemplo, abollones antiguos, aunque últimamente han crecido aquellos otros casos en los que se finge un siniestro o un robo en el hogar o en un negocio. Las dificultades económicas han afinado el ingenio de los defraudadores.

En concreto, en Asturias el 2,17% de los siniestros en los que tiene que intervenir el seguro fueron fraudulentos en 2015. Es la mayor tasa del país, está muy por encima de la media nacional (1,37%) y es medio punto superior a la registrada un año antes (1,62%). En todas las comunidades, excepto en La Rioja, se incrementó este tipo de fraude.

Más del 60% de los engaños se concentran en los accidentes de tráfico. Lo más común es exagerar los daños para intentar que el seguro se haga cargo de daños antiguos. Se llegan a utilizar, detalla Axa, métodos rocambolescos para intentar que la aseguradora asuma el gasto en el taller, "como rebotes contra algún objeto o golpes dobles con el vehículo contrario".

Pero el estudio asegura que este tipo de intento de fraude está perdiendo protagonismo. Ahora lo que más se lleva es el engaño en los seguros del hogar o comercios. Aquí es donde los defraudadores tiran más de imaginación. "Hay una mayor creatividad en la preparación de situaciones irregulares", señala Axa. Por ejemplo, es habitual que el día posterior a una tormenta los teléfonos de las aseguradoras echen humo con llamadas de clientes que aseguran que algunos de los aparatos eléctricos de su vivienda, generalmente los más antiguos, han quedado inutilizados debido a una sobrecarga de la línea eléctrica. También han subido los casos de robos falsos. Las opciones son cada vez más variadas.

"No hay ninguna línea de negocio que se libre, pero la mejora de las técnicas periciales y metedologías del fraude más manidas están llevando a los defraudadores a ampliar sus miras", recoge el estudio. Ocurre también en las empresas. "Se aprovecha la ocurrencia de un siniestro real para incluir, por ejemplo, bienes que no han sido robados o dañados", precisa el informe. Y añade: "Se intenta usar la póliza para llevar a cabo el mantenimiento de la compañía, de forma que cuando hace falta renovar alguna instalación se inventa un siniestro que afecte supuestamente a la misma".

Hay también un notable aumento de los intentos de fraude fingiendo daños corporales. Son aquellos con los que se consiguen las mayores indemnizaciones. En España subieron un 15% de un año para otro. En la mayoría de los casos se trata de exagerar las lesiones como consecuencia de un accidente. "En más del 70% de las ocasiones el engaño se apoya en una desproporción entre el daño real y el reclamado", resalta el estudio.

Ante este repunte del fraude, las compañías están incrementando también los recursos destinados a descubrirlo. Axa expone que las condenas de cárcel relacionadas con estas prácticas fraudulentas crecieron notablemente durante el año pasado. El riesgo es por tanto elevado, pero en el caso de los fraudes ligados con daños corporales el fruto del engaño es cuantioso: la indemnización media para este tipo de casos ronda los 14.000 euros, mientras que la relacionada con daños materiales está en los 1.800 euros.

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