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GUILLERMO ULACIA | Presidente de Femetal

"Hay problemas para encontrar trabajadores con la actitud que necesita la industria"

"Todas las personas deberían involucrarse en el proyecto empresarial; es lo que nos puede hacer diferentes de los chinos"

Guillermo Ulacia. NACHO OREJAS

La Federación de Empresarios del Metal y Afines de Asturias (Femetal) ha hecho esta semana balance de 2015 y expresado sus pronósticos para los próximos meses. En esta entrevista, Guillermo Ulacia, presidente de Femetal, ahonda en esos temas y expone algunas de las inquietudes del principal subsector de la industria asturiana.

-¿Cómo se presenta 2016 para el metal asturiano?

-El sector es heterogéneo. Podemos hablar de tres grandes bloques: el metalúrgico, el metalmecánico y el de los instaladores (eléctricos, telecomunicaciones?). Este último está condicionado por el mercado doméstico y por tanto sus oportunidades dependen de cómo vaya la economía regional. El metalúrgico está totalmente expuesto a la coyuntura global, al hecho de que la economía mundial se está desacelerando. Hay sobrecapacidad de producción en el mundo y nos encontramos con fenómenos como el del acero chino. Vamos a tener que vivir con esta situación: habrá clientes como la automoción que seguirán funcionando bien en España, pero la demanda estará cubierta con más oferta y para que esa sobreoferta no dañe aún más los precios se darán órdenes de contención de producción y de costes.

-¿Qué impactos tiene eso aguas abajo?

-Desencadena un problema en la cadena de suministro local, hacia nuestras empresas de servicios y de mantenimiento que operan para las grandes compañías industriales. Ahí se va a producir una contracción de la actividad que ya se pudo ver a finales 2015.

-El sector metalmecánico encara el desafío de otra contracción, la de las inversiones mundiales en energía...

-Tenemos empresas muy competitivas y la cartera de pedidos para 2016 es buena. Se está trabajando en ver qué ocurrirá después, porque efectivamene hay inversiones que se están retrasando o abortando como consecuencia del derrumbe del precio del petróleo. En resumen, en metalurgia tenemos que gestionar el "efecto China", para lo que necesitamos que la UE nos ayude a evitar la competencia desleal, y en el área metalmecánica el año volverá a ser positivo, pero el desafío es cómo encontramos nuevos proyectos y mercados para los siguientes.

-Al presentar su informe, Femetal incidió mucho en que los trabajadores asturianos cobran más que los de otras regiones por menos horas. ¿Considera que los salarios están lastrando la competitividad del metal asturiano?

-No. Lo que hemos hecho es compartir unos datos. Para nosotros lo importante no es el coste laboral en sí, sino el coste laboral unitario, el que se soporta por unidad de producto, la productividad.

-¿Cómo ha evolucionado?

-No mejora al ritmo que quisiéramos. Es lo que nos ha comprometido, junto a los sindicatos, a estudiar qué medidas adicionales tenemos que abordar en el próximo convenio. Por ejemplo, en la estructura de los salarios, en vincularlos a los resultados de las empresas, o ver cómo podemos ser más flexibles y polivalentes.

-Insisten en que las empresas no encuentran personal cualificado. ¿Cómo es posible con más de 90.000 personas en el paro?

-Existe el problema de encontrar el personal con la experiencia y las competencias adecuadas, lo que quiere decir que tenemos que trabajar en la formación permanente y en cómo recalificar rápidamente a esas personas que están disponibles para que se puedan incorporar a las nuevas oportunidades de empleo que se generan. Lo que estamos haciendo hoy por hoy es insuficiente.

-¿Qué se puede hacer?

-Anticiparnos mejor a las necesidades de las empresas. Hoy no identificamos bien los perfiles que se necesitan y ello hace que cuando salimos al mercado tengamos problemas y que la oferta de titulados que vienen de la Universidad, de la formación profesional o del propio sistema de empleo no encaje con lo que necesitamos.

-¿Hacia dónde deber caminar la FP en Asturias?

-Queremos que la formación profesional incorpore las necesidades no sólo de hoy, sino del futuro, que no tenga tanto componente teórico y que realmente se puedan completar los estudios con la preparación en las empresas. Y es preciso que el coste que soporta el sistema educativo y el de rentabilidad para la empresa se reduzca. Tiene que ser un objetivo compartido. Valoramos positivamente el esfuerzo que se está haciendo para que la formación profesional de primero y segundo años tenga más horas de prácticas en las empresas, pero tenemos que ver cómo se van a incorporar los alumnos a las empresas, con qué perfiles y en qué condiciones. Ahí es donde tenemos todavía trabajo pendiente.

-El País Vasco ha aprobado una Ley de FP para adaptar la formación a las empresas. ¿Es el modelo a seguir?

-El País Vasco ha analizado todos los sistemas que hay a nivel mundial y ha decidido cómo quiere hace el suyo.

-La Administración vasca tiene a su favor que dispone de mayores recursos que la asturiana.

-Me voy a acoger a una reflexión que escuché el otro día en una conferencia: se dice que los países ricos son los que más invierten en I+D, pero, como dijo el conferenciante, en realidad son más ricos porque invierten en I+D. A lo mejor los vascos tienen más dinero porque invierten mejor. Se tiende a pensar que lo tienen por la fiscalidad, por el concierto económico. Puede que sí, pero también quizás es que usan el dinero con unos criterios más rentables.

-Las plantillas del metal tienen una media de edad elevada. ¿Se camina hacia un problema severo de relevo generacional por la falta de personal formado?

-Nuestro planteamiento es estructural, más allá de los problemas coyunturales de una empresa que pueda tener problemas ahora para encontrar trabajadores. Pero quiero añadir que tan importante como la formación técnica es la actitud, y estamos teniendo dificultades para encontrar personas con la actitud necesaria para trabajar en el mundo competitivo y global que tenemos.

-¿De qué problemas de actitud habla?

-Desinterés por el trabajo bien hecho, por aprender, por adquirir más competencias?Probablemente viene de que no trabajamos creyendo que nuestra contribución a los proyectos empresariales es lo que nos puede dar garantía de éxito. Pensamos que tenemos que tener unas horas de presencia en la empresa y hacer determinadas tareas, pero hay que dar otros pasos: trabajar en equipo, comprender los factores claves que le dan competitividad a tu empresa, expresar sugerencias, sentirse parte... Esto no se enseña, se vive. Por otra parte, las expectativas que la sociedad ha generado entre los jóvenes asturianos hacen que prefieran opciones en el sector público o en los puestos de administración de empresas y que se orienten mucho menos hacia las carreras técnicas o el trabajo en el taller.

-Lo que plantea requiere recíprocamente un modelo de empresa que estimule la participación y la promoción del talento y que quizá no abunda...

-Lo tenemos donde se puede tener. En una empresa de menos de diez trabajadores hay un empresario que es el líder y unos colaboradores, no hace falta complicarse mucho más la viva. En las empresas de cincuenta, cien o doscientos trabajadores sí se está trabajando ya con modelos organizativos en los cuales se puede participar y contribuir a ser competitivos. Eso es lo que nos puede hacer diferentes de los chinos y de cualesquiera otros: lo que todos nos involucremos en el proyecto empresarial. La mayoría de nuestros directivos y nuestros empresarios cree en ese modelo.

-El mercado siderúrgico está en un momento complejo por la desaceleración mundial y el "dumping" de China, pero Arcelor ha confirmado inversiones para Avilés y Gijón. ¿Puede Asturias estar tranquila sobre el porvenir de su acero?

-Nuestro coste de producción es de los mejores a nivel europeo y además Arcelor Mittal ha decidido invertir para mejorar esa competitividad. Todo ello es positivo. Ahora bien, el desafío de todas las empresas del acero es no quedarse en hacer "commodities", productos que pueden hacerse en cualquier otro lugar del mundo con menores costes sociales, ambientales y energéticos. Hay que sustituir las "commodities" por productos de mayor valor añadido. ¿Cuándo estaremos más tranquilos sobre el acero asturiano? Cuando no sólo estemos considerando el coste, sino el tipo de producto que hacemos, apostando por los de valor añadido y destinados a sectores estratégicos de alto crecimiento.

-¿El futuro de Alcoa?

-No tengo una bola de cristal. Lo único que se puede hacer es trabajar para que los factores que podemos gestionar no ayuden a que se tome una decisión de cierre.

-La fábrica de Tenneco en Gijón tiene un comprador potencial, el fondo alemán Quantum Capital. ¿Cómo le suena su propuesta industrial?

-Es muy importante que Tenneco tenga atractivo para el capital extranjero y que se considere además que se pueden fabricar productos de alto valor añadido dentro de un nuevo grupo más grande y orientado al sector de automocion, uno de los que más está empujando el crecimiento en España.

-¿Por qué Asturias, tan especializada en industria básica, no ha logrado desarrollar un sector transformador potente, con mayor valor añadido?

-Tenemos una estructura productiva basada en las materias primas con las que contábamos y en su transformación con un primer paso. No nos desarrollamos en la cadena de valor aspirando a estar en los eslabones de producto final. Somos muy buenos convirtiendo una materia prima en un material aceptado por cualquier empresa transformadora. ¿Qué ecosistema se desarrolla en torno a esa fabricación básica? La ingeniería para mejorar el proceso productivo, y ahí está el germen metalmecánico. Esa es nuestra historia y nuestra base. Lo que nos hace falta es crear un entorno que favorezca que las empresas de ingeniería no se queden en la parte inferior de la cadena de valor y empiecen a completar las diferentes fases para ofrecer productos finales. Ahí es donde tiene que acelerar Asturias.

-¿Cómo?

-Si no tienes aquí empresas que estén dispuestas a asumir ese riesgo, procura generar un entorno atractivo para que otras vengan fuera vengan a hacerlo aquí. Y para que haya empresas de nuestro propio entorno que se comprometan la estrategia de apoyo no tiene que ser tan generalista como ahora. Hay que ayudar de manera más concreta en la orientación hacia los mercados y los clientes, y hacerlo con sentido de urgencia y aprovechando las fortalezas que tenemos.

-¿Cuáles son?

-Tenemos capacidad y conocimiento, pero hay que orientar mejor nuestros objetivos y ser mucho más rápidos en ello.

-¿Es lo que están planteando los empresarios en el diálogo con el Gobierno regional y los sindicatos?

-Se está debatiendo.

-¿Qué debe salir de ese proceso de concertación?

-Mi aspiración es que salga un plan de reactivación económica para Asturias en el cual la industria juegue un papel clave, con un desarrollo territorial que favorezca la competitividad de las empresas y que incorpore los desafíos sociales de la educación y la sanidad también como objetivos estratégicos.

-¿Le inquieta el impacto de la incertidumbre política en España?

-Diré sólo que no es bueno que añadamos más grados de complejidad a la que ya supone la incertidumbre y volatilidad de la economía mundial.

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