La intervención del Banco Centra Europeo (BCE) evitó que la zona euro cayera en una situación de "deflación permanente" desde el año pasado y contribuyó en 0,66 puntos al crecimiento del área, según afirmó ayer el vicepresidente de la institución, el portugués Vítor Constancio, en un artículo de opinión en el que advirtió del peligro de menospreciar la capacidad de la política monetaria ante la carencia de medidas fiscales y de reformas estructurales que combatan la ralentización y la desinflación.

El vicepresidente del BCE se preguntó qué opción queda si, ante la ausencia de tales políticas, tampoco se recurriese a la monetaria. Constancio indicó que, siendo "en gran medida cierto que la política monetaria no puede por sí misma aumentar el crecimiento tendencial", sostuvo que la tesis "es trivial", dado el riesgo de estancamiento.

El exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez dijo que el BCE ya "hizo todo lo que puede hacer" y que ahora son "otros los que tienen que hacer". El Gobierno español en funciones, del PP, apoyó la decisión del BCE y el eurodiputado socialista asturiano Jonás Fernández opinó que el BCE acierta, aunque con retraso, y que ahora toca al Consejo de la UE "abandonar su pasividad e impulsar una política fiscal europea" que impulse el PIB y el empleo.