"O hacemos más Europa o desapareceremos de la historia como actor importante en el mundo y nuestro nivel de vida caerá y todos lo notaremos", advirtió ayer Jorge Dezcallar, ex embajador de España en Estados Unidos, Marruecos y el Vaticano y ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que abrió en Oviedo el ciclo de conferencias "El mundo y la empresa" de la Asociación para el Progreso de la Dirección.

Dezcallar destacó que Europa tiene el 9% de la población mundial, el 25% del comercio y de la inversión y el 50% del gasto social. "Nos encontramos aprisionados entre costes sociales altos, una mano de obra más barata en Asia y unos costes de energía más bajos en Estados Unidos", señaló el diplomático, que añadió a ese combinado "la crisis económica y política agravada ahora por el problema de los refugiados que excita las insolidaridades". Además, Europa "se está volviendo a partir entre el norte y el sur porque el proceso de convergencia se ha detenido" y sigue careciendo de una política común exterior y de defensa "con lo que el peso en el mundo para defender nuestros intereses disminuye, somos un gigante económico pero políticamente representamos poco", destacó Dezcallar, que añadió que en EE UU comparan a Europa "con un herbívoro simpático incapaz de hacer daño, preocupado por su estado del bienestar y que no se da cuenta de los riesgos, con Rusia a un lado, Oriente Medio en llamas al otro y el Estado Islámico creándose en el sur".

En su mapa del poder, junto a una Europa debilitada, Dezcallar situó unos EE UU "más retraídos" -que siguen siendo principal potencia pero que ya no actúan "como el llanero solitario"- y a nuevos actores con vocación protagonista, como China, con valores distintos a los de Occidente. Y todo en un mundo con fuerte crecimiento de la población; más dependiente de la tecnología, "que nos hacen más informados pero más vigilados y vulnerables a los ciberataques", y donde "los poderes políticos cada vez están más sometidos a los económicos". En ese escenario, Dezcallar ve un futuro en el que el dominio occidental va a decrecer, en el que habrá diversos focos de poder en tensión constante y con unas instituciones de resolución de conflictos debilitadas.

En el coloquio que siguió a la charla Dezcallar se pronunció sobre el peso de España en Europa, "que ha disminuido"; sobre el Brexit, "con el que perderíamos todos"; sobre la marca España, "que no sé cual es su idea fuerza, el equivalente a la sofisticación de Francia o al diseño de Italia"; sobre las relaciones con EE UU, "para los que no somos ni problema ni prioridad"; sobre Donald Trump, "que ojalá no sea presidente", y sobre el conflicto sirio, "que viene de la Primera Guerra Mundial, con el reparto de Oriente Medio entre franceses e ingleses".