Cuando Francisco Díaz Martínez, tercera generación de Astilleros Gondán, falleció a mediados de la década de los noventa sus nietos María José y Álvaro Platero tomaron una decisión: ella se ocuparía de recopilar el pasado de la empresa y él de pilotar el futuro. Ese pacto de familia, que salvaba un salto generacional, lo desveló ayer Álvaro Platero, presidente de la compañía asentada a la orilla del Eo, en la localidad de Figueras (Castropol), tras recoger el premio concedido por la Asociación Asturiana de Empresa Familiar (Aefas) por la trayectoria de esta estirpe del occidente asturiano.

El astillero va ahora viento en popa. "Tenemos mucha carga de trabajo, aunque el sector se está recuperando aún", aseguró Platero. Intenta restablecerse del golpe de la crisis, tras superar con éxito los reparos de las autoridades contra los incentivos de España al sector, el llamado "tax lease". María José Platero, por su parte, tiene prácticamente finalizado un libro en el que recoge al dedillo la historia de la familia y los primeros pasos de este astillero que lleva en pie más de noventa años y que exporta a medio mundo. El futuro, aseguró también Álvaro Platero, parece asegurado. Su hijo, que lleva el mismo nombre, está estudiando Ingeniería Naval y va camino de liderar la quinta generación.

Pero no todo fue un camino de rosas. "Mi abuelo no era una persona fácil para convivir con él, pero yo era su ojito derecho, teníamos una buena relación. Él era el típico genio que se había hecho a sí mismo, y para él era importante que siguiéramos con el astillero", aseguró Platero. La generación intermedia tomó caminos diversos. El padre del actual presidente de Gondán trabajó un tiempo en el astillero y algunos de sus tíos fundaron varias empresas en el mismo sector.

La compañía castropolense ve ahora el horizonte bastante despejado. Tiene seis buques en construcción, entre ellos tres remolcadores, un pesquero y un barco para el mantenimiento de parques eólicos en el Mar del Norte. Es un sector, el de las energías renovables marinas, en el que Gondán ve amplias posibilidades de negocio, para compensar la caída de las demandas de las empresas ligadas al petróleo. En su discurso Platero tuvo también palabras de agradecimiento para algunos de sus empleados, en especial para el director de la factoría, Ceferino Ron, uno de sus más estrechos colaboradores.

Figueras se les queda pequeño, pero Platero no piensa en ampliar. "Lo íbamos a hacer antes de la crisis, pero paramos todos esos planes, fue un acierto", reveló.

El jurado del premio de la Aefas valoró el liderazgo de la familia y su enorme competitividad en un sector muy globalizado. La presidenta de la agrupación, Eva Rodríguez, defendió el trabajo de Astilleros Gondán y su impacto sobre el occidente asturiano. "La de su familia es una historia de esfuerzo en la que a veces han tenido que vencer al viento que soplaba en contra", destacó. En el acto también participaron el consejero de la Presidencia, Guillermo Martínez; el director general del Sabadell-Herrero, Pablo Junceda, y el directivo del Instituto de la Empresa Familiar Fernando Cortés, que destacó el papel de este tipo de compañías en la sociedad española. "Son la columna vertebral de la economía del país", destacó.