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ÁLVARO PLATERO | Presidente de Astilleros Gondán y de la patronal nacional Pymar

"Ahora tenemos mucho trabajo, pero el lío del 'tax lease' hizo daño y costó recuperarse"

"A los políticos hay que pedirles que no perjudiquen a las empresas; no es justo que se tribute más por ser asturiano"

Álvaro Platero, esta semana, en el hotel de la Reconquista. IRMA COLLÍN

Echando la vista atrás en el árbol genealógico de Álvaro Platero, presidente de astilleros Gondán, hay que remontarse bastante para encontrar a un antepasado que no esté relacionado con la construcción de barcos. Su bisabuelo ya se dedicaban a este oficio en el Occidente asturiano. Pero fue su abuelo, Francisco Díaz Martínez, al que define como "un genio", quien puso a flote la compañía allá por 1925, hace 91 años, a las orillas del Eo, en Figueras (Castropol). A mediados de los noventa le dejó la compañía en herencia. Platero tuvo que superar un salto generacional y modernizar una empresa que, aunque no hacía aguas, estaba algo atrasada tecnológicamente. Su labor y la de sus antepasados les ha llevado a ganar el premio que concede anualmente la Asociación Asturiana de Empresa Familiar (Aefas) por su trayectoria. Lo recogió esta semana acompañado de su hermana María José Platero y de su cuñado Enrique Esteban, y de sus hijos, Ana, María y Álvaro Platero. Los llamados a coger el timón del astillero en el futuro.

-¿Qué supone este reconocimiento para su familia?

-Es un orgullo que la Asociación de la Empresa Familiar se haya acordado de nosotros. Es una responsabilidad también para intentar mantener la empresa durante más generaciones.

-¿Hay relevo?

-Mi hijo afortunadamente está estudiando Ingeniería Naval, por lo que parece que, si todo va bien, va a haber una quinta generación construyendo barcos.

-¿Cómo está el astillero?

-Afortunadamente tenemos mucho trabajo. Hacemos barcos muy sofisticados y tecnológicamente muy avanzados. Nos costó mucho trabajo llegar a donde estamos ahora, con este nivel de tecnología tan alto, algo que hemos conseguido gracias a nuestros trabajadores y al equipo directivo.

-¿Cómo fueron sus inicios en este sector?

-Empecé en la empresa en 1987 y por aquel entonces el astillero estaba saneado económicamente, pero tenía un retraso tecnológico importante. Heredé el astillero de mi abuelo directamente y tuve que recuperar lo que no se había hecho durante aquellos últimos años. Pasamos, entonces, de hacer barcos pesqueros para el mercado nacional a hacerlos de apoyo a plataformas petrolíferas del extranjero. Ya exportamos más del 90% de lo que construimos. Ahora estamos muy bien, hasta arriba de trabajo y haciendo muchos barcos para Noruega. La semana pasada entregamos uno de apoyo para plataformas petrolíferas de 96 metros y tenemos en construcción seis barcos más para ese país y otros dos más pequeños que está haciendo nuestra filial Gondán fibra.

-¿El sector navega tranquilo tras el maremoto que supuso el "tax lease" (el sistema de ayudas del Gobierno de España a los astilleros que Holanda denunció por considerarlo ilegal)?

-El sector se está recuperando ya después de todo el lío que hubo. Ahora ya hay un nuevo "tax lease" en funcionamiento, pero se nos hizo mucho daño y está costando trabajo levantarse. Nosotros tenemos muy buena reputación en Noruega y eso hizo que superáramos la crisis con más facilidad.

-¿Qué secuelas dejó?

-Se perdieron del orden de cincuenta barcos, que se dejaron de contratar en España y que se fueron a hacer a Noruega o a Holanda, principalmente.

-¿Quién salió ganando de esa lucha?

-Holanda fue el país que nos denunció y su objetivo era, fundamentalmente, comercial. Justo consiguieron lo que querían, que era paralizar la construcción de barcos en España. Lo que bajaron los índices del sector en España fue lo que subieron para ellos. Afortunadamente todo acabó bien y hubo una sentencia judicial que ganamos. Nos dieron la razón después de tres años de peleas. Ahora ya hay un nuevo sistema de ayudas que está funcionando y hay veinticinco barcos que se están construyendo en España. Nosotros hacemos siete de ellos. No hubo que devolver dinero, y se demostró que teníamos la razón.

-¿Al final salieron reforzados los astilleros españoles?

-No, que va. Fue algo muy perjudicial. Varios astilleros tuvieron que cerrar y muchos otros tuvimos menos carga de trabajo de lo que deberíamos. Si tenemos en cuenta que cada barco que se perdió de fabricar costaba unos 40 o 50 millones, son unos dos mil y pico millones de euros los que se perdieron de facturación. Eso representó paro y algún cierre.

-¿Cuáles son ahora los problemas?

-Ahora hay un problema muy gordo, que es el precio del petróleo. La gente está encantada con que el coste esté bajo porque los combustibles están baratos, pero para nosotros es un desastre, porque el mercado de las plataformas petrolíferas está totalmente paralizado.

-¿Cómo está afectando eso a Gondán?

-Nosotros tenemos mucha actividad en el sector "offshore" pero, probablemente, el barco que acabamos de entregar será de los últimos que hagamos en ese sector en mucho tiempo. Al menos hasta que no vuelva a subir el precio del petróleo. Hemos tenido que buscar nuevos nichos. Estamos haciendo barcos para atender las reparaciones de los molinos eólicos que generan electricidad en el mar. Es un mercado nuevo en el que hay demanda, se están poniendo muchas torres y cada vez se va a sitios más profundos, por lo que habrá que hacer barcos más grandes.

-¿La falta de Gobierno les afecta de alguna forma?

-Desde Pymar en Madrid, que es desde donde gestionamos el sector naval, estamos notando que en los ministerios de Industria o Hacienda está todo muy parado, nadie quiere tomar decisiones. Todavía no se está notando un parón de la actividad, pero la incertidumbre política afecta mucho a la economía general.

-¿Fuera de España están las aguas más tranquilas?

-Depende. En Noruega, por ejemplo, por culpa del precio del petróleo hay un montón de barcos que están amarrados y está todo muy parado.

-Las empresas se quejan de que hay una guerra fiscal entre comunidades, ¿cómo les afecta a ustedes el tema?

-Lo que se debería pedir a los políticos es que no perjudiquen a las empresas. Es necesaria una igualdad de trato. No es justo que se pague más por ser asturiano que santanderino o castellanoleonés. Es ilógico. La sucesión de una empresa debería ser igual en términos fiscales en todas partes. No tiene sentido que si yo me muero en Asturias mis hijos paguen una cantidad por mi herencia y si me muero en Madrid tengan que abonar una cifra diferente.

-¿Esta desigualdad provoca fuga de empresas?

-El impuesto debería ser igual para todo el mundo para que no se fuerce a la gente a tomar ciertas decisiones, como cambios de domicilio fiscal o personas que se domicilian en otro sitio? Lo que se debería es incentivar a las empresas a quedarse a hacer cosas aquí y no al revés.

-¿A su sector también le cuesta encontrar trabajadores cualificados como a otras del metal?

-Sí que cuesta trabajo encontrarlos. Nosotros lo que hacemos es mucha formación dentro del astillero.

-¿Tienen competencia de China?

-La competencia asiática viene en barcos que tienen muy poca carga tecnológica, y nosotros hacemos lo contrario. China hace barcos malos y muy baratos, como casi todo lo que hacen los chinos. Si tú compites con barcos malos, baratos y pequeños es más fácil que te hagan competencia que si haces barcos caros y muy sofisticados. Nosotros intentamos vender exclusividad, hacemos barcos que nos diferencian tecnológicamente de los demás.

-¿Gondán tiene planes de ampliación?

-No. Estamos haciendo mejoras de forma continua, pero expandirnos a corto plazo no está previsto. Tenemos problemas con el dragado porque nos cuesta mucho dinero y esfuerzo sacar los barcos de allí.

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