César Figaredo de la Mora (Oviedo, 1949), que fue presidente de la patronal de la industria metalúrgica regional (Femetal) y vicepresidente segundo de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), entre otros cargos de representación, y consejero y directivo de diversas sociedades y grupos empresariales, falleció ayer en Oviedo a causa de una enfermedad que le había sido diagnosticada hace algún tiempo.

Casado con Ana Álvarez Escudero (presidenta en Asturias de la organización humanitaria Nuevo Futuro) y padre de dos hijos, Figaredo de la Mora formaba parte por vía paterna de la quinta generación de una de las grandes dinastías (los Figaredo y los Sela, dos veces emparentados entre sí) que forjaron la industrialización asturiana de los siglos XIX y XX, y, por la línea materna, descendía de uno de los más pujantes grupos dinásticos de la política y los negocios en el Madrid de la Restauración, integrado por la confluencia de los apellidos Maura, Gamazo, Abarca y De la Mora, emparentados entre sí, y el último de los cuales se vinculó a Asturias por su doble conexión conyugal con los Figaredo (con los que los De la Mora coincidieron en el consejo del Banco Gijonés de Crédito desde 1921) y con los Armada (condes de Revillagigedo), representantes de uno de los más acrisolados títulos de la vetusta aristocracia asturiana.

Nacido en Oviedo el 1 de diciembre de 1949, César Figaredo fue uno de los diez hijos del matrimonio formado por el industrial y banquero Inocencio Figaredo Sela y María Eugenia de la Mora Garay. Aunque ambas estirpes formaban parte entonces de la élite de los negocios y del capitalismo español, la infancia de César Figaredo y sus hermanos, si bien fue privilegiada en una época de posguerra, hambre y penuria, se condujo bajo el principio de la austeridad y del comedimiento: "Mis padres tenían una posición económica muy buena pero en mi casa no había dispendios ni caprichos. No teníamos nada de lo que tienen los niños de ahora. Íbamos a jugar al parque San Francisco y, cuando nos llevaban al cine o al fútbol, era tan excepcional que nos parecía algo extraordinario", comentó en una conversación privada hace cuatro años.

Figaredo Sela y Sela Figaredo controlaban diversas compañías mineras y navieras, y participan en bancos, ferrocarriles, siderúrgicas, metalúrgicas, astilleros, industrias de automoción, eléctricas y otras sociedades y, junto con los De la Mora Garay, ocupan tres puestos en el consejo de administración del Banco Español de Crédito (Banesto), uno de los tres bancos más relevantes de la época (y líder del país entre 1965 y 1977), en cuya cúpula se sentaba lo más granado de la alta aristocracia y la gran burguesía financiera del país. Una de esas tres plazas la desempeñó su padre durante décadas y, entre 1987 y la intervención de Banesto en 1993, su hermano Vicente Ricardo Figaredo de la Mora, fallecido en 2008.

César Figaredo, muy vinculado a Madrid por los negocios de su padre y por la residencia de su familia materna, estudio Derecho en la capital española y, durante la época universitaria, fue asiduo al palco presidencial del Real Madrid, uno de los sanedrines de la influencia política y mercantil en la España de entonces, y de cuya directiva, en la etapa final de la presidencia de Santiago Bernabéu, formó parte uno de sus tíos maternos.

La relevancia accionarial de su familia en el capital de Banesto condujo sus pasos profesionales hacia algunas de las muchas industrias participadas por el Español de Crédito y en cuyos consejos de administración también participaban su padre y otros miembros de la familia. En 1978 se incorporó a Asturiana de Zinc (Azsa), con sede en San Juan de Nieva, y dominada por Banesto desde su fundación en 1957, donde ocupó diversas funciones y acabó asumiendo la dirección del departamento de recursos humanos y finalmente a la responsabilidad de sus servicios jurídicos.

En representación de Azsa fue secretario de los consejos de administración de sus filiales Mefasa (de la que también fue consejero) y Concasa, y vocal de la Autoridad Portuaria de Avilés.

Por su vinculación a la gran compañía metalúrgica del cinc también fue actor relevante en Femetal, de cuya directiva formó parte desde los años 80, cuando aún se denominaba Asociación de Empresarios de Gijón y Avilés (AEGA), y también de Exportastur, la asociación de exportadores asturianos creada en 1984. De ambas organizaciones empresariales se convirtió en presidente. Lo fue de Exportastur hasta su disolución en 1996, que acató pero no compartió, cuando sus funciones pasaron a ser asumidas por la nueva entidad Asturex. A la presidencia de Femetal llegó en 1997, propuesto por la directiva saliente por unanimidad, y permaneció hasta 2014. En representación de Femetal fue miembro de la directiva de la patronal asturiana (FADE), y posteriormente integrante de su comité ejecutivo y vicepresidente segundo. Tras la renuncia de Severino García Vigón en noviembre de 2016 como presidente de FADE, Figaredo desempeñó con carácter interino la presidencia durante el proceso transitorio hasta la elección de un nuevo dirigente.

Figaredo de Mora fue miembro de varios consejo de administración en grupos participados entonces por Banesto (caso de Acerinox) y, en representación de Azsa, presidió la mutualidad asturiana de accidentes y enfermedades de trabajo Unión Mutua. Bajo su mandato se produjo la fusión de esta entidad, que pasaba por dificultades, con la madrileña Museba Ibesvico, de cuya resultante fue vicepresidente y en cuyo transformación, mediante otras absorciones, en la actual Ibermutuamur estuvo implicado.

Por el protagonismo de su familia -junto a otras dinastías de la burguesía ovetense- en la fundación y financiación del Real Oviedo y del Club de Tenis de Oviedo, el ahora fallecido fue vocal y secretario del consejo de la sociedad mercantil vinculada a esta última institución social, la sociedad anónima Los Pilares Inmobiliaria Real Club de Tenis de Oviedo. El año pasado se jubiló en Azsa y aceleró la renuncia a todos los cargos que desempeñaba hasta entonces.

De talante cordial, muy afable y espíritu conciliador, mantuvo posiciones conservadoras de forma muy discreta y moderada, y siempre con afán de ecuanimidad. A punto de jubilarse, confió en privado: "Por las mañanas, de camino a la empresa, oigo en el coche la Ser, la Cope y Onda Cero, y luego saco mis propias conclusiones".

Primo carnal de quien fue vicepresidente de Economía del Gobierno de España y vicesecretario del PP, Rodrigo Rato Figaredo, César Figaredo aseguró: "Nunca he hecho política desde mis cargos. Y no soporto hacer politiquería de pasillo. En Femetal me gustaba tener a los críticos en mi equipo porque necesitaba oír sus opiniones".

Tataranieto del creador de la estirpe empresarial de los Figaredo y bisnieto de quien le dio el impulso definitivo como uno de los grandes clanes de la industrialización asturiana, César Figaredo fue hombre de empresa y uno de los protagonistas del movimiento patronal regional durante la etapa democrática, pero no empresario en el sentido de promotor y creador de grupos, sociedades y nuevos negocios.

En enero de 1998 declaró: "Ser empresario es un paso muy difícil. Hay que tener un proyecto, una idea muy clara de hasta donde pretende llegar, gente que te apoye, financiación -muy especialmente en el sector industrial, donde se requieren grandes inversiones-, sortear con éxito todas las imposiciones legislativas, y sobre todo, jugártela".

La capilla ardiente quedó instalada ayer en el tanatorio de Los Arenales, de Oviedo, y el funeral se celebrará mañana, sábado, a las cinco de la tarde, en la Basílica de San Juan el Real, en Oviedo.