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ANÁLISIS

¿Despegará el helicóptero del dinero?

Un sector de economistas plantea que el BCE dé liquidez directamente a los hogares en lugar de canalizarla a través del sector financiero

¿Despegará el helicóptero del dinero?

El Banco Central Europeo (BCE) tiene el tipo de interés oficial en el 0% y desde marzo de 2015 está ampliando el dinero en circulación a través de compras masivas de bonos, medidas insólitas en la zona euro que la institución acordó para cumplir su mandato primigenio de situar la inflación en el 2%. A la postre, para reanimar el anémico crecimiento económico. Aunque los manuales previenen de que la política monetaria no tiene efectos instantáneos (suele decirse que por lo común tardan entre 18 y 24 meses), lo cierto es que la inflación está en el -0,1%, justo donde estaba cuando Mario Draghi apretó hace un año el botón de la máquina de fabricar euros.

Así que en algunos ámbitos académicos y financieros empieza a calar la idea de que las medidas convencionales (rebaja de tipos de interés) y no convencionales (compras de bonos) del BCE han llegado a sus límites sin dar el fruto esperado e incluso generando más riesgos (de burbujas especulativas o de indisciplina fiscal de los países) que beneficios. De ese estado de opinión ha surgido el siguiente interrogante: ¿Por qué el BCE no opta por dar el nuevo dinero que fabrica directamente a los ciudadanos para alentar la inflación y el crecimiento a través del consumo? Supondría hacer volar "el helicóptero del dinero", un procedimiento así conocido por una métafora del Nobel Milton Friedman (1912-2006), baluarte del monetarismo y gran rival intelectual de los seguidores de John Maynard Keynes. Friedman sostenía, en un ejercicio acerca de los efectos del dinero en la economía, que si un helicóptero arrojase billetes sobre una población y todos sus miembros fueran capaces de recoger una cantidad semejante, el resultado de gastar esa lluvia de dinero no generaría en realidad más riqueza, sino sólo una subida de los precios.

¿Qué pasaría si Draghi sacara el helicóptero ahora en Europa? Quienes lo están planteando no son políticos radicales o economistas excéntricos. El debate lo han caldeado informes de servicios de estudios de bancos como el estadounidense Citigroup, el alemán Commerzbank o el sueco Nordea. Aunque con variantes, ponen sobre la mesa la hipótesis de que el BCE dirigiera el nuevo dinero que está "imprimiendo" directamente hacia las familias o los Estados en lugar de hacerlo sólo a través del sector financiero.

La banca y el crédito son los mecanismos ordinarios de transmisión de la política monetaria. El eurobanco actúa sobre los tipos de interés y aporta liquidez a las instituciones financieras con el fin de que llegue más crédito a las empresas, para favorecer la inversión, y a los hogares, para estimular el consumo. La evidencia por ahora es que el funcionamiento de ese canal no está cumpliendo las expectativas. Gran parte del torrente de dinero no llega a la economía real, sea porque la demanda solvente de crédito es limitada (hogares y empresas siguen muy endeudadas en países como España), sea porque el dinero se dirige más a inversiones especulativas que a financiar el crecimiento de las empresas en un contexto global incierto.

Los economistas de Nordea son los que han planteado de una manera más directa la opción del helicóptero. Consideran que el BCE tendría capacidad para regalar con riesgos asumibles hasta 1.300 euros a cada ciudadano europeo. La cuenta sobre Asturias sería así: los hogares recibirían por encima de 1.300 millones de euros, tanto como si la Seguridad Social subiera de pronto un 30% los ingresos anuales de los 300.000 pensionistas de la región.

Esos 1.300 millones equivalen al 6% del PIB regional, así que está clara su capacidad de aumentar el crecimiento a través del gasto de las familias. "En las circunstancias actuales, el impacto en el consumo quizá fuera menor del que se piensa", precisa Francisco González, catedrático asturiano de Economía Financiera. Remarca que los hogares aún están muy endeudados y destaca cómo la banca ha aumentado ya notablemente la facilidad del crédito al consumo. En función de las circunstancias y la idiosincracia de cada país, los hogares optarían por ahorrar una proporción mayor o menor del cheque del BCE, lo que reduciría la efectividad del estímulo y sus efectos multiplicadores (el gasto del hogar va al comerciante, que obtiene una renta que a su vez gasta en parte y así sucesivamente).

Francisco González sí considera que hacer volar el helicóptero podría elevar inflación, lo que aligeraría el peso de la deuda de hogares, empresas y Administraciones públicas. El catedrático no cree, en cambio, que una lluvia de dinero sobre un escenario como el actual (con el IPC cayendo ahora el 0,8% interanual en España) pudiera desencadenar episodios de hiperinflación. Este es uno de los riesgos que primero citan los analistas más beligerantes con la opción del helicóptero.

Pero hay otros peligros potenciales y son importantes, a juicio de González. Canalizar directamente el dinero hacia los hogares, prescindiendo de la banca como intermediario, podría acentuar los problemas de rentabilidad que los tipos de interés ultrabajos ya están provocando en el sector financiero. "Si esas dificultades se acentúan, pudieran ser necesarios nuevos subsidios públicos", previene el catedrático.

Francisco González enfatiza sobre todo el "riesgo moral": ir más allá en la política monetaria hasta el punto de hacer volar el helicóptero del dinero podría tener algún efecto positivo a corto plazo en la economía, pero también llevaría a los gobiernos a relegar los problemas de fondo: las reformas necesarias (administración, educación, innovación, fiscalidad, mercado laboral...) para reforzar la solidez y competitividad de los países y del conjunto de la zona euro.

"En lugar de seguir pensando en experimentos de política monetaria cada vez más temerarios, sería conveniente poner freno alguna vez; la política monetaria no es un remedio para todo, no reemplaza las reformas necesarias en cada país ni resuelve los problemas de crecimiento en Europa", ha dicho estos días Jens Weidman, presidente del banco central alemán (Bundesbank) a propósito de la hipótesis del helicóptero. Desde la ortodoxia alemana, se ha apuntado además que una medida así generaría agujeros en el balance del BCE que a la postre tendrían que pagar los países y por tanto los contribuyentes. Y existen serias dudas sobre si tendría encaje en el estatuto del eurobanco regalar dinero a las familias, sea directamente o a través de los Estados.

¿Qué dice Draghi? Un periodista le preguntó recientemente sobre el helicóptero y no mostró ni asombro ni hizo mueca alguna de disgusto. Lo calificó como "un concepto muy interesante".

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