Al sector de la construcción asturiana le esperan aún algunos años de penitencia, tras la brutal caída del negocio sufrida durante esta crisis. Las grúas volverán a las calles, pero en un número mucho menor que durante la época de gran apogeo del sector. Esa es la conclusión de un estudio elaborado por el IESE Bussines School sobre la previsión de demanda y precios de la vivienda nueva desde ahora hasta 2028 que presentó ayer en Oviedo, en un acto organizado por la patronal CAC-Asprocom, el profesor del departamento de gestión financiera de la escuela de negocios, José Luis Suárez Barragato. Estima que durante el próximo lustro se venderán en la región una media de 2.065 pisos de nueva construcción al año, muy por encima de la cifra actual (en 2015 se comercializaron 651), pero lejísimos de los número de 2007, cuando las ventas tocaron techo y llegaron a 9.481.

El sector ya da además por agotado el "stock" de pisos sin vender. "Lo que queda, está ya en sitios donde la gente no quiere vivir", zanjó Suárez Barragato. Eso servirá para dar impulso al alicaído mercado inmobilario. Previamente, el propio director general de Vivienda del Principado, Fermín Bravo, reconocía que los pisos que aún están en el mercado "son difíciles de colocar".

Una vez que vuelvan las grúas, también mejorarán los precios, que sí que subirán, en el plazo de unos cinco años, por encima de lo que costaban en los años de bonanza económica. El metro cuadrado se pagaba en 2007 a 1.760 euros, más de cuatrocientos euros de lo que costaba el año pasado, según las cifras del estudio. A partir de ahora, los pisos irán encareciéndose poco a poco para, en 2021, recuperar por completo el terreno periodo durante estos años de crisis. "Ya se ha dejado atrás el punto de inflexión", destacó el docente.

Estas estimaciones las realiza la escuela de negocios en función de las perspectivas demográficas que elabora de forma periódica el Instituto Nacional de Estadística (INE). Las proyecciones son poco halagüeñas para Asturias. La región perderá de aquí a 2028 casi 88.000 habitantes. "Habrá una caída de un 8,3%, uno de los mayores porcentajes del país, solo por detrás de Castilla y León. Y solo Canarias, Baleares y Madrid ganarán vecinos", aseguró. En España las cosas tampoco irán mucho mejor: la población bajará en un millón de personas en los próximos doce años. Eso sí, paradójicamente, en ese periodo en el conjunto del país el número de hogares apenas variará, pero en Asturias se perderán unos ocho mil. Esto se debe, explicó el profesor, a que en cada piso vivirá menos gente. Es decir, que habrá más hogares de un solo miembro, más personas viviendo solas. Pero la caída de población de la región será tan abultada que esa dispersión no conseguirá amortiguar todo el golpe. El experto advirtió que todas estas cifras dependerán en gran medida de los saldos migratorios y de la futura evolución de la economía.

"Lo normal y lógico", aseguró Suárez Barragato, es que el número de viviendas que debería de demandar el mercado inmobiliario asturiano fuera el de tres por cada mil habitantes, y "no como ahora que no llega ni a una vivienda por cada mil".

En las jornadas también participó el director general de la Sociedad de Tasación, Juan Fernández Aceytuno, que anticipó que ya estamos en la "antesala de un crecimiento de los precios". E insistió en que el mercado inmobilario comienza a dar síntomas de una clara recuperación, tras años por los suelos. También destacó el fuerte impulso del alquiler durante estos últimos años de crisis. Por su parte, el presidente de la Asociación Nacional de Promotores y Constructores (APCE), Juan Antonio Gómez-Pintado, resaltó que el sector constructor tiene que adaptarse a los nuevos tiempos y dar el salto a proyectos de innovación y desarrollo (I+D) y dejar de mirar siempre tan "a corto plazo".