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Cláusula suelo de puño y letra

Una norma de 2013 obliga al hipotecado a aportar una declaración manuscrita sobre las condiciones del préstamo

Quien contrata un préstamo hipotecario tiene que estampar su firma ante un notario desde siempre, pero de 2013 para acá puede darse el caso de que además tenga que escribir de su puño y letra uno de los documentos que forman parte de la escritura pública: el reconocimiento de que la hipoteca variable incluye cláusula suelo, un límite del tipo de interés por debajo del cual nunca bajará por mucho que lo haga el euribor.

Esa escena se da desde que en 2013 obligo a ello la llamada Ley de medidas para reforzar la protección a los deudores hipotecarios, reestructuración de deuda y alquiler social. Su artículo seis, relativo al "fortalecimiento de la protección del deudor hipotecario", establece que, en la contratación de hipotecas con cláusulas suelo, "se exigirá que la escritura pública incluya, junto a la firma del cliente, una expresión manuscrita en los términos que determine el Banco de España, por la que el prestatario manifieste que ha sido adecuadamente advertido de los posibles riesgos derivados del contrato".

Si bien literalmente se habla de "proteger" al deudor, un sector de juristas creen que en realidad se intenta blindar a la entidad financiera, que en caso de litigio sobre la falta de transparencia de la cláusula suelo podría alegar, invocando el manuscrito, que la operación sí fue transparente. A José Antonio Ballesteros, abogado experto en consumo, ese mecanismo le parece incluso "sádico": "Supone reconocer de puño y letra que el banco puede abusar de tí". Y añade: "Escribir la cláusula no significa que se entienda el riesgo que conlleva".

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