Los trabajadores de la planta de Zumárraga de Arcelor-Mittal, que el gigante industrial pretende cerrar, reclamaron a la dirección de la compañía medidas alternativas que eviten los traslados previstos de la instalación guipuzcoana con dirección a los talleres que la siderúrgica tiene en Gijón y Avilés. Entre ellas, le pidieron que estudie ofrecer jubilaciones o más bajas incentivadas y, así, minimizar el golpe que para muchos empleados podría suponer el tener que cambiar de provincia. La compañía se comprometió a estudiar la oferta y aseguró que daría una respuesta en una próxima reunión que tendrá lugar el próximo miércoles.

Según el planteamiento inicial de la multinacional, de los 349 trabajadores de Zumárraga, 8 se quedarán en la instalación para la gestión de chatarra, 267 serán trasladados a las factorías de Arcelor-Mittal en Asturias, otros 50 están pendientes de asignar y 24 están en situación de contrato-relevo como jubilados parciales. Para los trasladados, la siderúrgica ofrece una compensación adicional de 25.000 euros.

El comité vasco también exigió a la compañía una autorización para que una consultora independiente realice un estudio de viabilidad de la planta. La multinacional se negó.

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