La crisis ha cerrado de un portazo la puerta del mercado de trabajo para muchos jóvenes europeos. Las tasas de desempleo juvenil han crecido con la quinta marcha puesta en muchos países, sobre todo en España. Ese bloqueo laboral ha motivado a la Unión de Europa (UE) a poner en marcha un programa de investigación, liderado por la profesora Jacqueline O'Reilley, de la Universidad de Brighton, para analizar si las medidas de contingencia para intentar frenar esta sangría en forma de desempleo funcionan. Varios investigadores de la Universidad de Oviedo, del área de la Sociología y la Economía, están teniendo un papel crucial en este análisis. En Asturias, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), el 52% de los menores de 25 años está en paro.

La formación. Países como España o Grecia están tratando de copiar el modelo de Formación Profesional (FP) dual, que combina las clases en el aula con las prácticas en las empresas, de Alemania y que tan buen resultado está dando por aquellas tierras. "Allí hay una cooperación muy fuerte de los empresarios con el mundo educativo", asegura la coordinadora del proyecto en España, la profesora de Sociología de la Universidad de Oviedo María González. Un lazo que no es tan estrecho por aquí. Y añade: "La reforma laboral de 2012 puso la pelota en el lado de las empresas, se les dijo que decidan y que tomen medidas para suplir las carencias en educación". En los últimos años, aseguran las investigadoras, en todo el país ha habido una gran experimentación con este tema. Cada comunidad va a lo suyo. "Hay enormes diferencias y no hay un modelo consolidado; en Madrid, por ejemplo, se cambian los programas formativos cada año, la experimentación está siendo excesiva", asegura.

Asturias no ha sido ajena a este laboratorio, y el potente sector del metal puso en marcha también un programa similar en colaboración con los sindicatos y el Gobierno. "La experiencia de Asturias es importante porque es un ejemplo de colaboración, algo que no pasa en Madrid", señala González. La experiencia de los metalúrgicos, destaca otra de las investigadoras, Aroa Tejero, funcionó y acabó cuajando en otros sectores como el de los talleres de automóviles. Pero el sistema avanza lentamente, como pasó también en Alemania. "Allí tardó décadas en cuajar. Los años de colaboración entre las empresas y el sector educativo permiten que haya poso; esto debe tomarse como un proyecto a largo plazo", asegura otra de las profesoras asturianas que participan en el proyecto, Begoña Cueto.

Caminos personalizados. En los países nórdicos, explica González, son habituales programas de itinerarios personalizados para jóvenes que no tengan formación ni empleo, lo que se conoce con el apelativo de "ninis". Ese tipo de iniciativas son las que ha intentado copiar la Unión Europea (UE) mediante el llamado Fondo de Garantía Juvenil, un programa de subvenciones públicas. "En Reino Unido estas medidas han sido muy exitosas para integrar a jóvenes en riesgo de exclusión", señala González. "El problema es que en el caso español la magnitud del problema es muy grande", apunta Cueto. En España los recursos para atender a los desempleados son mínimos. "Estas iniciativas que se basan en una atención personalizada suponen un cambio total de la cultura de los servicios públicos de empleo, pero el problema es que aquí hay muy pocos recursos financieros, pocos recursos humanos y mucha gente a la que atender, y hay que evaluar cada caso con detenimiento, no se puede dar el mismo itinerario a un joven que dejó sus estudios para trabajar en la construcción que un universitario con un máster". Aun así, reconocen que hay iniciativas de éxito en los ayuntamientos de Gijón y Avilés.

El autoempleo. Ante el cerrojo del empleo privado muchos jóvenes han optado por poner su propio negocio en marcha. Las investigadoras han centrado una parte de su trabajo en las industrias creativas, las llamadas "start ups". "En este sentido las políticas públicas deberían centrarse en apoyar a sectores concretos y no ser tan generalistas", critica Cueto. Por su parte, González destaca que Asturias dispone de ventaja al tener un "potente ecosistema de emprendedores", tejido alrededor de viveros y centros de empresas públicos. "Estamos mucho mejor que en Alemania, por ejemplo", resalta. A lo que Cueto añade: "Aquí se da un asesoramiento muy personalizado de lo que significa emprender y de sus riesgos".