La negociación del convenio colectivo del sector de las auxiliares, las compañías que dan servicio a los grandes complejos industriales de la región como Arcelor-Mittal o Alcoa, está desde hace días bloqueada por la negativa de los empresarios a llevar a cabo una subida de los salarios, tal y como exigen los sindicatos. Las centrales han advertido de que, si la patronal no rectifica su postura en los próximos días, habrá movilizaciones en el sector.

Las compañías alegan, para justificar su negativa a subir las nóminas, que la gran industria les está apretando mucho. Arcelor ha emplazado una a una a sus auxiliares para pedir rebajas de tarifas de entre un 10% y un 15%, critican. Y aseguran también que el futuro económico presenta aún nubarrones. Totalmente contraria es la posición de los sindicatos, que aseguran que estas compañías gozan ahora mismo de buena salud, que están a tope de actividad. Con ese argumento, reclaman un incremento de los sueldos del 2,5% para este año y del 3% para el que viene.

"Nunca nos había costado tanto sacar adelante este convenio", expuso el portavoz de CC OO en la negociación Antonio Lueje. El sindicalista añade que "las empresas argumentan que hay dificultades e incertidumbre y que hay una gran competencia que llega desde China".

La única diferencia que separa a ambas partes es la salarial. Según los representantes de los trabajadores, en el resto de puntos del convenio las posturas están bastante cercanas y no sería muy difícil cerrar un acuerdo. Pero los sindicatos se niegan a continuar negociando hasta que las empresas del sector no acepten una subida de los salarios.

"No estamos dispuestos a volver a sentarnos en esas condiciones", señaló Javier Campa, representante de UGT. Y apuntó también: "La patronal habla de congelar los sueldos hasta que los nubarrones económicos pasen, pero no tenemos una bola de cristal para saber cuándo se va a despejar esta crisis, y lo que sabemos es que ahora estas compañías tienen carga de trabajo y actividad".

El convenio, que afecta a 3.000 trabajadores, caducó en diciembre, aunque quedó prorrogado en las mismas condiciones que tenía gracias a una cláusula de ultraactividad.