El TTIP no es un simple tratado comercial tal como intentan enmascarar sus oscuros negociadores, es un ataque frontal contra la inmensa mayoría de la sociedad europea y estadounidense que trata de disimular sus intereses geoestratégicos y geopolíticos. No es ya ningún secreto la galopante pérdida de hegemonía mundial de los EE UU, que observa con inquietud cómo los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) toman posiciones punteras en los destinos político-económicos-militares del planeta. Así que EE UU firma el TTP (Trans-Pacific Partnership) con once países (Canadá, México, Perú, Chile, Brunei, Japón, Malasia, Singapur, Vietnam, Australia y Nueva Zelanda) para aislar a China e India, y quiere firmar el TTIP para alejar a Rusia de Europa. Además, EE UU firma el Trade in Services Agreement (TiSA), acuerdo sobre comercio y servicios, suscrito por la UE y 24 países más, obviando, cómo no, a los BRICK. Y es que TTP, TTIP y TiSA son instrumentos imprescindibles para seguir fomentando el imperialismo neoliberal y globalizador de EE UU en el mundo, dirigido contra las potencias emergentes (obsérvese que tan sólo EE UU está presente en los tres tratados).

¿Con qué amenazan los BRICS a EE UU? En principio con crear un bloque alternativo a la estructura institucional económica occidental, nacida y desarrollada a partir de Bretton Woods (1945). Por un lado, China construyendo una Nueva Ruta de la Seda (trenes de Alta Velocidad, carreteras, oleoductos, etcétera) que le acerque más a Europa. Por otro lado, Rusia con sus infraestructuras transeuroasiáticas para obtener una mejor conexión con Europa -sobre todo con Alemania- y fomentar un mercado común euroasiático.

TTIP, TPP Y TiSA son extensiones económicas de la hegemonía estadounidense, para controlar un bloque que incorporaría el 75% del comercio y del PIB mundial, y que tendría en la OTAN su brazo armado con una Europa subordinada a los intereses de su ¿socio? americano. Cuando Orwell describió al Gran Hermano (Big Brother) que nos observa, jamás imaginó que llegaría de la mano del libre mercado y que tendría el rostro de un encopetado y próspero capitalista yanqui que señalándonos con su dedo índice nos invita a que nos alistemos en sus filas (I want you for U. S. Army). Si todo es así, no será porque populares, liberales y socialdemócratas no estuvieran advertidos.