Parece que el efecto que ha tenido la bajada casi continuada del petróleo en los dos últimos años, produciendo un descenso paralelo de los precios de los combustibles como el gasóleo C y el gas natural, ha llevado al replanteamiento de las ventajas de utilizar como alternativa a estos combustibles una fuente de energía renovable tal como la biomasa. A la hora de seleccionar la fuente de energía a utilizar en un domicilio, un edificio de viviendas, un colegio, una residencia de ancianos o cualquier otro tipo de edificio que precise cubrir unas necesidades térmicas determinadas, no sólo se ha de tener en cuenta el precio en el momento de la elección, sino la evolución de estos en los últimos años. Y lo que es más importante, las tendencias y factores que influyen sobre el precio de los combustibles.

La utilización de biomasa para cubrir las necesidades térmicas de un edificio conlleva otra serie de ventajas no menos importantes que la económica y que no deberían obviarse. Debido a la compensación de las emisiones de CO² en la combustión con las absorbidas durante el crecimiento de los árboles y plantas, la biomasa es una fuente de energía renovable, con lo que si se hace una utilización sostenible de la misma se puede llegar a considerar una fuente de energía inagotable. Esta utilización sostenible ayuda al mantenimiento de los bosques y a la mejora socioeconómica de las áreas rurales, muy especialmente en comunidades como el Principado, donde cada vez es más palpable la despoblación de las zonas rurales y la falta de motivaciones económicas para atraer población.

La utilización de biomasa como fuente de energía crea un tejido laboral regional que, a la hora de establecer los costes del combustible, está aislado de conflictos políticos internacionales o estrategias energéticas de otros gobiernos o grandes multinacionales energéticas.

En Uría Ingeniería de Instalaciones, S. A., empresa de servicios energéticos con una dilatada experiencia en la gestión de instalaciones térmicas, insisten en la necesidad de considerar cualquier fuente de energía, siempre analizando cada caso de forma particular y plasmando todas y cada una de las ventajas e inconvenientes de las distintas opciones. Su independencia energética como empresa de servicios de energía, frente a otras compañías con intereses en uno u otro combustible, les permite seleccionar o aconsejar en cada caso la mejor solución en función del coste total de explotación o de su impacto en el medio ambiente.

Desde la entrada en vigor de los procesos de calificación energética de edificios, donde se etiqueta el edificio según las emisiones de CO², la utilización de biomasa es un aliciente más, ya que, a igualdad de demanda energética, con una instalación de biomasa, la calificación energética será mejor que con otra fuente de energía no renovable. Seguro que dentro de no mucho tiempo los ayuntamientos detectarán las interesantes posibilidades de recaudación que se abren en la categorización de impuestos como el IBI en función de la calificación energética de las viviendas.

Como con cualquier otro combustible y tipo de instalación, es muy importante que se asegure la calidad de todo el proceso así como del combustible, del transporte, del diseño de las instalaciones, de los equipos, de la instalación y del mantenimiento. De nada sirve utilizar una fuente de energía renovable si luego todo el proceso no está gestionado por profesionales expertos y con materiales de primera calidad. Hoy en día existen certificaciones de calidad para cada uno de los procesos que el cliente puede exigir y sin lugar a dudas le garantizarán el mejor servicio. El uso de biomasa para fines térmicos es una tecnología fiable y segura, sobradamente contrastada, tanto en los países nórdicos y en Centroeuropa, pioneros en su uso, como en España. Además, en la actualidad existen en el mercado equipos tecnológicamente muy desarrollados de alto rendimiento incluso con tecnología de condensación.

Uría Ingeniería de Instalaciones, S. A. fue la primera empresa en toda España en certificarse según el sello SBTE (sistemas biomasa térmica en edificios), desarrollado por la Fundación Asturiana de la Energía para certificar la calidad en el sistema de gestión de empresas vinculadas con las instalaciones de calefacción y agua caliente sanitaria de edificios que utilizan como combustible biomasa. Cabe resaltar que cualquier tipo de instalación de calefacción y agua caliente puede ejecutarse y mantenerse únicamente por empresas y profesionales debidamente autorizados y cualificados que garanticen la seguridad y eficiencia de las mismas. Bajo ningún concepto, por muy económico que resulte a primera vista, pueden actuar sobre ellas ni empresas ni personal que no requieran de la oportuna habilitación profesional.