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A la búsqueda de nuevos mercados para el cubito

Más de 5.000 metros cuadrados de fábrica, 3,5 millones de euros invertidos, 25 nuevos puestos de trabajo y capacidad para producir 80 toneladas de hielo al día. A grandes rasgos ésas son las principales cifras de la factoría que inauguró esta semana en la localidad valenciana de Alaquàs la compañía asturiana Cubers, dedicada a la fabricación de cubitos de hielo, y que se une al centro productivo que la firma ya tiene en el polígono de Somonte, en Gijón. La empresa presume de que la instalación fabril levantina es la más innovadora de España en la fabricación de hielo, gracias al proceso que se sigue para realizar un doble congelado de los cubitos, con lo que se consigue que tengan más durabilidad y se rompan menos.

En el acto de apertura participaron autoridades políticas locales, el líder de la patronal asturiana FADE, Pedro Luis Fernández, y el de los empresarios de la comunidad levantina (Ciervall), José Vicente González. "Éste es el resultado de años de trabajo, esfuerzo y mucha ilusión; esta factoría nos permitirá cumplir los ambiciosos planes de crecimiento que nos hemos fijado", expuso el director general de la compañía asturiana, Carlos Ramírez, durante el acto.

Los objetivos que se ha marcado Cubers son el incremento de la facturación en un 35% durante este año, hasta alcanzar los 6,7 millones de euros, y el aumento de la producción un 70%. Para conseguirlo quieren apoyarse en la I+D. Según destacó Carlos Ramírez, la valenciana es la planta de fabricación de hielos más avanzada tecnológicamente del país. Las instalaciones están además dotadas de unas cámaras frigoríficas que superan los 113.000 metros cúbicos de capacidad y de un almacén con dimensión suficiente para guardar 3.600 toneladas de hielo.

La compañía ensalza el alto grado de innovación de esta flamante instalación. La fábrica produce hielo mediante un novedoso proceso de doble congelación del agua, en el que interviene un sistema de circulación de aire frío desarrollado por el departamento de investigación y desarrollo de Cubers. Ese sistema es capaz de regular la temperatura del túnel por el que circulan los moldes de los cubitos haciendo que cada uno de ellos se vaya congelando de una manera muy lenta. Este procedimiento dura una seis horas y el resultado es que los cubitos tienen una mayor durabilidad y un gran poder enfriador. Se consiguen, al final, unos hielos que se derriten más lentamente y tienen un bajísimo índice de rotura, lo que provoca que no se desvirtúe el sabor de las bebidas, señalaron fuentes de la empresa.

Esas mismas fuentes destacaron que se apuesta por una mayor automatización del proceso de envasado y de almacenaje para evitar el contacto con agentes externos y para mantener, de esta forma, el máximo nivel de garantía sanitaria. Para ello, el proceso fabril de elaboración parte de agua de calidad y purificada, una fase de descalcificación, regulación en cloro y pH, y desinfección mediante radiación ultravioleta.

En el acto de inauguración participaron los barmans Iván Talens y el asturiano Borja Cortina, que aportaron el punto de vista de los profesionales que utilizan el hielo en el día a día de su trabajo.

De hecho, Cubers tiene un artículo especializado para este tipo de consumidores de "gama alta" que cuidan hasta el último detalle del producto final. Es lo que la empresa llama "hielo premium". Cubers han encontrado así un potente nicho de mercado en las coctelerías, que comienzan a abundar en muchas ciudades españolas.

La compañía asturiana fue fundada en el año 2001 y dispone de sedes comerciales y de distribución en nueve comunidades autónomas. También está presente en Portugal, con oficinas en Lisboa y Oporto. En total, abastece a 5.000 clientes de hostelería, 350 estaciones de servicio, cerca de 500 supermercados y diversas empresas mayoristas. Produce tres formatos de cubitos: de 45,55 y 70 gramos, además de hielo picado (que pesa de uno a dos gramos) para coctelería. Con esta nueva ampliación en Valencia, la compañía de raíz gijonesa suma un total de 47 trabajadores y una capacidad para producir 130 toneladas diarias.

En concreto, en el polígono de Somonte ya tenían una producción diaria de 50 toneladas, a las que ahora se sumaran las 80 que fabricarán en la costa levantina para abastecer uno de los grandes mercados del país.

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