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Las protestas dividen a los comités de Arcelor en Asturias y el País Vasco

Los asturianos rechazan manifestarse en Avilés como pretenden los de Zumárraga

La concentración de los trabajadores de Arcelor, ayer, ante la fábrica de Veriña, en Gijón. MARCOS LEÓN

La unidad entre los comités de empresa en Arcelor-Mittal se ha roto. El de Zumárraga, la planta guipuzcoana que el gigante del acero pretende cerrar, quiere organizar una manifestación en Avilés contra la política industrial de la multinacional y para exigir el mantenimiento del empleo, pero los comités de Asturias se niegan a apoyarla. La marcha, que está previsto que se celebre el próximo sábado día 11 a las doce de la mañana, sólo cuenta en Asturias con el respaldo de la Corriente Sindical de Izquierda (CSI), que, además, se va a encargar de realizar todos los trámites administrativos para que la protesta pueda realizarse.

Los plenos de los comités de Gijón y Avilés rechazaron la propuesta ya que, según señalaron fuentes sindicales, lo ideal sería centrar las protestas en el País Vasco. De hecho, desde Asturias se había lanzado la idea de hacer una concentración frente a la sede del Gobierno vasco. La idea no cuajó por tierras guipuzcoanas, que entienden, por su parte, que sería mejor hacer una manifestación en Asturias dado el elevado peso, por facturación y empleo, que tiene Arcelor-Mittal en el Principado. Algunos sindicalistas de las plantas asturianas aseguraron ayer que acudirían de manera individual a esa marcha para mostrar su apoyo.

Tampoco llegó a buen puerto otra propuesta que recaló desde el comité de Zumárraga y que solicitaba a los trabajadores asturianos realizar, en solidaridad, un paro de dos horas en su jornada laboral. La medida también fue rechazada entre los representantes de los trabajadores de la región al considerarla extrema. "No era el momento adecuado para andar jugándosela con esas cosas", advirtió un sindicalista.

Los empleados del tren de carril de Gijón ya llevaron a cabo una protesta similar, con paros de la producción, y la inmediata respuesta de la empresa fue la de amenazar con retirar algunas de las inversiones que aún están pendientes de aprobar para las factorías asturianas.

Lo que sí que aceptaron los comités asturianos fue celebrar una concentración en apoyo a los empleados vascos. La protesta se celebró ayer frente a la puerta de acceso a la planta de la multinacional en Veriña y concentró a decenas de trabajadores de la multinacional que reclamaron a la empresa que lleve a cabo un plan de inversiones para las plantas españolas que ayude a mantener el empleo y garantice la continuidad de los talleres. CC OO aseguró que "la continua reestructuración del empleo en las plantas españolas del grupo ha supuesto la pérdida de más de 4.000 empleos directos e indirectos en el país".

Por otro lado, la patronal de los fabricantes de acero de España, Unesid, aseguró que confía que el sector consolide este año su recuperación y pueda continuar creciendo. El director general de la asociación, Andrés Barceló, destacó que, aunque la situación de muchas plantas es mala, espera alguna buena noticia en breve, en forma de reapertura.

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