En el pueblo de Alvariza, en Belmonte, era "Josín". Con 18 años emigró a Barcelona para trabajar en la Maquinista Terrestre y Marítima y pasaron a llamarle Josep. Con 60 años y recién nombrado secretario general de UGT, José María Álvarez Suárez es Pepe para todos los españoles, el sustituto de Cándido Méndez.
-Tras acceder al cargo, ¿se ha encontrado sorpresas?
-En el sindicato uno tiene que asumir la herencia que viene.
-¿Y es buena?
-Todas tienen activos y pasivos. Desde el punto de vista de la valoración de la sociedad, el sindicato no pasa el mejor momento y es una cuestión a solventar. Por contra está en unas condiciones más que aceptables en las empresas, es nuestro gran activo.
-En su discurso de toma de posesión hubo poca autocrítica.
-Hemos hecho cosas que en este país no ha hecho nadie. Asumimos responsabilidades políticas cuando no sabemos si habrá responsabilidades penales, de hecho si miramos a la dirección del sindicato en Andalucía vemos que la ejecutiva es toda nueva y esos cambios están ocurriendo en el conjunto del sindicato, donde hay aspectos que no se rigen por el código penal sino por el ético.
-¿Los relevos en Asturias también están vinculados a esa asunción de responsabilidades?
-Relevar a una persona con 65 años, como es el caso de Eduardo Donaire, o a Justo Rodríguez Braga no tiene que ver con eso. En Andalucía fue causa-efecto, no lo ocultamos, y en el resto del sindicato es por razones generacionales, pero en todo caso no se nos puede pedir que asumamos más responsabilidades porque esas personas ya no están.
-¿El descenso de afiliación sólo es achacable a la crisis?
-Las bajas están vinculadas principalmente a la caída del empleo y a la contratación temporal, y en 2016 creo que vamos a acabar con mejores resultados. Ahora bien, decir que las situaciones en las que se ha visto envuelto el sindicato no han tenido consecuencias es una afirmación que tampoco debemos hacer.
-Los que saltan de empleo en empleo no se afilian?
-Hay que buscar la manera de que los jóvenes con contrato temporal puedan estar en el sindicato pese a los periodos de paro. Si el desempleado pudiera pagar cuota reducida o no pagar si no cobra prestación nos ayudaría a estabilizar la afiliación.
-¿Qué espera de las nuevas elecciones generales?
-Que haya una mayoría de izquierdas que sea capaz de hacerse eco de las demandas y necesidades de la mayoría de la población. Son las mismas que hace unos meses y alguna más por la parálisis política. En próximos días presentaremos con CC OO los puntos programáticos fundamentales para los sindicatos.
-¿Cuáles son?
-Incluyen la derogación de la reforma laboral, de la "ley mordaza" y de la penalización de los piquetes de huelga; la renta mínima de inserción; un acuerdo estratégico por la industria y el restablecimiento de derechos en materia de educación, salud y prestaciones sociales, que pasan por una reforma fiscal que luche contra el fraude.
-En su acuerdo con Ciudadanos el PSOE varió su postura frente a la reforma laboral. ¿Fue una traición?
-El acuerdo Ciudadanos-PSOE en materia de trabajo quedaba muy lejos de las posiciones de la UGT, pero el secretario general de los socialistas me dijo que también quedaba muy lejos de las posiciones del propio PSOE. Estamos en el momento de las propuestas y de las respuestas por parte de los partidos. La obligación de un sindicato en vísperas electorales es no ir más allá de pedir un compromiso con sus propuestas. Me gustaría que el PP dijera que está de acuerdo con ellas. A la hora de votar, los ciudadanos y los afiliados sabrán lo que proponemos, analizarán lo que dicen los partidos y obrarán en consecuencia.
-¿Variarán los resultados con respecto a las anteriores?
-Me da la sensación de que en votos no, pero habrá que ver como la matemática deja la representación en el Congreso. Al sindicato un Parlamento plural y vivo le viene muy bien, y a los ciudadanos que tienen necesidad de que atiendan sus demandas también. A las organizaciones sindicales las mayorías absolutas nos generan dificultad para negociar.
-¿Ya están en marcha las medidas de transparencia que anunció al llegar a la secretaría general?
-Afectarán a todos los ámbitos territoriales y se visualizarán en el último trimestre del año. Estamos recabando datos para conocer cuántos contratos tenemos firmados, con quién y para qué, si la organización participa en empresas, en fundaciones? Toda esa información se colgará en la web. Luego hay un trabajo que nos llevará más tiempo y que es el acceso del afiliado al recorrido de su cuota, es decir, que cuando paga sus 12 euros sepa qué parte va a servicios jurídicos, a sustentar la estructura del sindicato, a costear la negociación colectiva que el que no está afiliado no paga? En suma, que el sindicato sea tan transparente que un trabajador sea consciente de que cuando nos quitan una subvención le están quitando un derecho a él.
-¿Aspiran a que los logros de las negociaciones colectivas sólo beneficien a los afiliados?
-Tendría consecuencias negativas sobre el conjunto del sistema. Somos un país de pymes y si hacemos convenios colectivos que sólo afecten a nuestros afiliados los empresarios inmediatamente pueden pedir que los convenios que se firmen sólo afecten a las sociedades afiliadas a las organizaciones empresariales. Nos acercaríamos al sistema americano, donde el sindicato tiene mucha fuerza donde negocia el convenio colectivo pero hay muchos trabajadores que se quedan fuera.
-¿Cómo juzga la reacción a la reforma laboral de Francia?
-La lucha de los sindicatos y los trabajadores franceses va a tener repercusiones muy positivas sobre el conjunto de la UE.
-La reacción ha sido más fuerte que en España.
-Nadie se pregunta por qué en España tenemos 300 sindicalistas a las puertas de los juzgados o condenados y en Francia ninguno. Si la libertad de huelga y manifestación no tuviera penalizaciones igual aquí también podríamos hacer algo más.
-¿Cómo va la fusión de federaciones en UGT?
-En el ámbito estatal está cerrada. Con el tiempo se irán visualizando los cambios culturales que conlleva la constitución de tres nuevas organizaciones que van a permitir al sindicato tener un funcionamiento más ágil. Las bases están puestas, ahora hay que implementarlo en el territorio y no será un camino de rosas.
