El Banco de España prevé que la economía española se desacelere este año y los dos próximos, con crecimientos del 2,7% en 2016 (en 2015 fue del 3,2%), 2,3% en 2017 y 2,1% en 2018, lo que vincula a la atenuación de los factores externos que "han impulsado la actividad en la etapa más reciente, como la bajada del precio del petróleo, la depreciación del euro y algunos estímulos presupuestarios".

La desaceleración de la economía española, que comenzó en julio de 2015 según la Contabilidad Nacional, permitirá rebajar el paro (ahora en el 21% de la población activa) hasta el 17% a fines de 2018. Pese a esta mejora, la tasa de desempleo será entonces más del triple que la que tiene ahora EE UU (4,7%) y el doble que la actual de la UE (8,9%).

La mejora del empleo tendrá dos caras: la positiva es que, según el Banco de España, se seguirá creando ocupación "a tasas elevadas en relación al crecimiento del producto interior bruto" y la negativa es que -como se desprende de esa relación- la mejora de la ocupación (que es la principal urgencia del país a corto plazo) se producirá sin avances de la productividad, que es el otro gran desafío español.

La mejora del PIB seguirá procediendo de la demanda interna, "con un ritmo de avance elevado del consumo de los hogares y de la inversión empresarial" mientras que el sector exterior mejorará (dejará de restar) pero no contribuirá al avance. Este modelo de crecimiento contribuirá, junto con un crudo menos barato y la acción monetaria del BCE, a normalizar la inflación, que crecerá al 1,5% en 2017 y al 1,7% (cerca del objetivo del 2%) en 2018.

El déficit fiscal (5,1% en 2015) se situará en 2016, según la institución que gobierna Luis María Linde, en el 4,1% (tres décimas menos que en su anterior pronóstico), pero no bajará del objetivo del 3% hasta 2018, un año más tarde de lo comprometido. La Comisión Europea también prevé en sus pronósticos que España incumpla en 2017. El Banco de España lo achaca a crecimientos más moderados del PIB nominal y de la recaudación tributaria. Y esto será un obstáculo para las promesas de bajar impuestos.