España es un país en el que "la gente no paga" y la morosidad se convierte en uno de los más graves problemas que afrontan las empresas, sostuvo ayer en Oviedo Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) y uno de los vicepresidentes de la CEOE.

El dirigente empresarial, que pronunció en Oviedo una conferencia sobre "Empresas y empresarios frente al reto del crecimiento", organizada por "Asturias Punto de Encuentro", afirmó que, aunque existe una ley sobre los plazos de pago, "no se cumple", al extremo que "el 80% de los créditos que piden las pymes españolas" se destinan, sostuvo, a paliar los efectos de la morosidad.

"Uno de los grandes males de España es que la gente no paga. Y no sólo hablo de la morosidad pública, que se ha solventado en cierta medida gracias al FLA (Fondo de Liquidez Autonómica), sino también de la morosidad privada", afirmó Garamendi. "Hay que tomar medidas claras y vamor a pedir al próximo Gobierno que las adopte, porque éste es una de las cuestiones graves de verdad para el crecimiento de nuestras empresas", señaló.

Sobre el próximo Gobierno, el presidente de Cepyme alertó, en una referencia implícita a la alianza electoral de Unidos Podemos, que si tras las elecciones general del día 26 llegara al poder ejecutivo un partido que "imponga un exceso de gasto público de 60.000 a 70.000 millones" (un escenario previsto en el programa de la formación que encabeza Pablo Iglesias), "las inversiones saldrán de España, la prima de riesgo subirá y el dinero de los españoles también saldrá". "Lo hará legalmente, pero saldrá", auguró.

El dirigente empresarial afirmó que la actual incertidumbre política "no influye en la economía a corto plazo, pero sí a medio", y por ello expresó su deseo de que tras los comicios del día 26 "vuelvan las cosas a su ser", en la creencia de que, cualquiera que sea su resultado, las fuerzas parlamentarias que resulten elegidas no abocarán al país a unas terceras elecciones porque la ciudadanía, opinó, "no lo perdonaría". A su juicio, España "no es como Italia", que sabe convivir con la inestabilidad política.