Los exportadores asturianos y españoles podrían quedar expuestos al establecimiento de aranceles. pero de manera más inmediata el impacto negativo podría venir por el tipo de cambio: la depreciación de la libra que vaticinan los analistas (de entre el 10% y el 20% respecto al euro) reduciría las importaciones británicas. Sufriría así un negocio exterior que, aun no siendo de los principales de Asturias, si tiene un saldo muy favorable para la región y suma en el PIB: la diferencia entre exportaciones e importaciones supera los 100 millones de euros y equivale al 0,5% del producto regional.

El turismo. La pérdida de valor de la libra esterlina frente al euro que a muy corto plazo vislumbra el mercado en caso de "Brexit" (aunque en el futuro también sufriría la moneda europea) dañaría la capacidad adquisitiva de los ciudadanos de las islas y eso sería un problema de relieve para el negocio turístico nacional. Reino Unido es el principal mercado de España. El pasado año, casi 16 millones de británicos visitaron el país y aportaron más del 21% de los ingresos que tuvo el sector.

La exposición a ese problema es pequeña en el caso de Asturias, una región donde el turismo es básicamente nacional (el 85% de los visitantes vienen de otras autonomías). Aún así, entre los más de 300.000 turistas extranjeros que el pasado año recibió la región, algo más de 60.000 procedían de Reino Unido. Son los segundos más numerosos, por detrás de los franceses.

"No son cifras desdeñables", comenta Fernando Corral, copresidente de la patronal turística Otea, quien, aunque no ve riesgos severos para el sector asturiano en caso de que Londrés dejara la UE, admite que podrían complicarse los planes para llegar más al mercado británico, una apuesta central en los intentos de Asturias de atraer visitantes internacionales y también de desestacionalizar la actividad. El sector y la Administración regional aspiran a sacar partido de las nuevas conexiones áereas que han elevado a tres las compañías (Easyjet, Vueling e Iberia Express) que vuelan entre Santiago del Monte y los aeropuertos de Londres (Heathrow, Gatwick y Stansted). "Lo peor para el turismo sería que se llegara a poner trabas burocráticas a la circulación de personas", concluye Corral. Es una entre tantas cuestiones sobre los riesgos del "Brexit" que por ahora no tienen respuesta.