Las oficinas propias de Liberbank en 18 pueblos de Asturias se transformarán en sucursales en régimen de franquicia. El banco que lidera la Fundación Bancaria Caja de Ahorros de Asturias acometerá la conversión en un total de 145 localidades rurales españoles de menos de 5.000 habitantes y que no sean capitales de municipio.
El plan de sustitución de agencias propias por agentes que operarán como profesionales autónomos mediante el sistema de franquicia pretende ser ejecutado por la entidad financiera de origen asturiano en el plazo de un año, según comunicó el pasado día 15 la dirección del banco a la plantilla a través de la intranet.
Liberbank no desveló la relación de poblaciones de escaso tamaño en las que pretende ensayar el sistema de bancos de agentes, una modalidad de gestión que ya tiene en vigor uno de los grandes bancos españoles en pequeños núcleos de población, y que es común en sectores como el asegurador. Sin embargo, varias fuentes dan por hecho que, por la estructura específica de la red de sucursales procedentes de las tres cajas de ahorros fundadoras de Liberbank (las de Asturias, Extremadura y Cantabria) y por el despliegue geográfico de la extinta Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha -cuyo negocio fue transferido al Banco CCM, filial de Liberbank en el 75%-, las mayores migraciones del modelo de sucursales en propiedad a oficinas franquiciadas se producirá, casi con toda seguridad, en Castilla-La Mancha, seguida en intensidad por alguna zona extremeña. En Asturias afectará a 18 de las 99 poblaciones y núcleos del Principado en los que está presente el banco.
Liberbank dijo hace una semana en su comunicación interna que pretende iniciar con carácter inmediato la selección de agentes financieros que, con experiencia en el sector bancario o actividades anexas, capacidad comercial y arraigo y conocimiento de las localidades en las que se pretende instaurar la nueva fórmula, puedan estar interesados en la gestión de las oficinas de acuerdo con los pautas habituales en el sistema de franquicia. Según este modelo, las oficinas que sufran la transformación deberán adaptar las pautas corporativas, de imagen, estilo de gestión, estrategia comercial y productos de forma idéntica al resto de la red del banco, que seguirá en régimen de propiedad y de gestión directa por la propia entidad como hasta ahora.
El sistema de franquicia funciona mediante un contrato por el que el franquiciador (Liberbank) cede su marca, productos y el acceso a la prestación de sus servicios centrales (control de riesgos, tesorería, etc.) a un operador independiente (franquiciado) para que opere y gestione en su nombre el negocio en una determinada demarcación bajo licencia y compartiendo resultados.
La sustitución de oficinas propias por franquiciadas supondrá una merma de la plantilla del banco, aunque la reducción que entrañará está ya recogida, según el grupo, en los 979 empleos que el banco pactó suprimir, mediante bajas voluntarias, en el acuerdo firmado con tres sindicatos el 1 de junio.
