El ovetense Fernando Casero, director general de Unión Financiera Asturiana, acaba de ser elegido presidente de la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (Asnef) , la patronal que agrupa a las sociedad financieras que operan en España y de la que desde 2014 era uno de sus tres vicepresidentes.

-Asnef ha estado presidida por los responsables de financieras de grandes bancos. ¿Por qué ahora se elige al director de una financiera independiente?

-Los anteriores presidentes de Asnef fueron representantes de las financieras de BBVA, Bankia y Santander. Unión Financiera Asturiana no es comparable por volumen de negocio, pero es representativa de una de las tres patas en las que se basa el sector: unas son las financieras filiales de bancos y cooperativas de crédito; otra, las financieras de marcas (empresas automovilísticas, grupos de distribución comercial...) y las independientes como nosotros. En este último grupo han ido desapareciendo muchas entidades; somos muy poquitas y Unión Financiera Asturiana es la más importante. Yo no me postulé. Se me propuso y lo acepté por responsabilidad y supeditado a que la decisión fuese consensuada. Hubo unanimidad. Con un solo voto en contra, hubiese rechazado el cargo.

-El sector de las financieras ¿tiene suficiente solvencia?

-Asnef tiene 53 entidades asociadas y 330 adheridas. Somos unas 400. Las que son filiales de los grandes grupos tienen los coeficientes de solvencia de sus sociedades matrices. En el resto el índice de solvencia y de liquidez es excelente.

-¿Están percibiendo la recuperación de la economía?

-El sector creció en 2015 el 12,93%. En la automoción el aumento fue del 25,96% y en financiación de bienes de consumo, el 6,73%. La inversión nueva ascendió a 23.616 millones de euros y hubo más de 8,5 millones de nuevos contratos de financiación. Somos el primer financiador de consumo del país.

-¿Prefieren impulsar el crédito al consumo que otras modalidades?

-Hay apetencia de financiación y la apoyamos. Con los tipos de interés tan bajos, las entidades tenemos poco margen para operar. Y en el crédito al consumo el margen es algo mayor y la diversificación del riesgo, también mayor. Las hipotecas, por el contrario, dejan muy poco margen. Por eso el crédito al consumo es donde más se está concentrando la competencia y hacia el que también se están dirigiendo bancos y cooperativas de crédito. Muchas entidades de crédito y de depósito estaban hasta ahora concentradas en sus problemas, pero, una vez que ya están muy saneadas, ha vuelto a mirar al negocio para crecer y éste es un ámbito que tiene más posibilidades para ello. El aumento del número de operadores está determinando que, como la tarta del consumo es la que es, los tipos tienden a descender, lo que beneficia al consumidor.

-Muchas empresas venden a sus clientes con financiación al 0%.

-Nunca el cliente tuvo mejores condiciones. Hay mucho crédito al consumo a doce y veinticuatro meses con tipo de interés al 0% para el consumidor y cuyo coste (porque alguien lo tiene que pagar) lo asume el vendedor y distribuidor, que está dispuesto a hacer ese esfuerzo para vender más. En estos casos la financiación se pone al servicio de la venta.

-¿Esto explica, al menos en parte, el incremento de la demanda interna?

-Hay varias causas. Ha mejorado la confianza por la mayor estabilidad en el empleo y en los ingresos. Cuanto mejor vayan las cosas, más se consume. En época de contracción y crisis incluso quienes tienen dinero consumen menos por miedo. Ahora, aunque con cautela todavía, la situación está mejorando.

-¿Perciben que mejora la economía?

-La tendencia es diferente. Pero hay que ser prudente. Hay incertidumbres, tanto políticas como económicas. Esperamos que la tendencia no se rompa.

-¿La incierta gobernabilidad de España influye?

-No me atrevo a decir tanto. Pero la incertidumbre nunca es buena para la confianza, y esto afecta a las personas y a la economía.

-¿Por qué hay pocas financieras independientes?

-Cada vez se exigen más requerimientos regulatorios y nos equiparan más a las entidades financieras. Y esto es costosísimo para una sociedad. Si no tienes suficiente capacidad financiera, no te puedes dotar de estructura. Por eso se está produciendo un aumento de las sucursales de bancos extranjeros que intentan captar cuota de mercado en el crédito al consumo, a la vez que las nacionales están potenciando sus filiales en este mercado. Y tenemos además la competencia de algunas no reguladas.

-¿No todas están sometidas a la misma disciplina?

-Hay operadores en crédito personal o de consumo que no están sometidas a regulación y van por libre. En puridad no son financieras, aunque den financiación. Operan sobre todo en la concesión de microcréditos rápidos y con unos intereses brutales. Nosotros no tenemos nada que ver con ese sector. Quienes no están regulados tiran contra todo. Las reguladas tenemos controles, dotaciones de riesgos y transparencia, y estamos supervisados por el Banco de España.

-¿Por qué no está siendo tan relevante el crédito personal?

-Está creciendo, pero menos. En el primer trimestre de este año aumentó el 20,71% en España. Es una parte importante de la actividad y repunta porque se había deprimido mucho con el alza de la morosidad, que fue más acusado en ese tipo de crédito. Pero en términos absolutos sigue siendo menor: se dieron 269 millones hasta el 31 de marzo frente a 3.789 millones de crédito al consumo en el mismo periodo.

-Este repunte necesario de la financiación a la economía ¿nos llevará a cometer en algún momento el mismo error del pasado, cuando se incurrió en un excesivo endeudamiento privado?

-Con el tiempo, se suele acabar cometiendo los mismos errores. Creo que se va a intentar minimizar. En el pasado hubo crédito para todo el mundo. Lo que ocurre ahora es que hay mucha liquidez, que hay que colocar, y a tipos muy bajos. Ésta es la actividad del sector. Nuestro objeto social. Y no podemos dejar de hacer aquello para lo que nacimos. Dar crédito es nuestra misión. Pero hay que hacerlo sin cometer locuras.

-¿Cómo puede afrontar las entidades el estrechamiento de márgenes por las ínfimas tasas de interés que impone el BCE?

-El sector no genera ingresos a la cuenta de resultados por esa vía y tiene unos costes que no puede compensar con tipos en el 0%. Los ingresos hay que buscarlos por otras vías. Es un problema porque las entidades se mueven mal en un entorno así.

-¿Habrá por ello más fusiones?

-Todas las entidades tienen que tener un cierto tamaño para ser rentables. Pero hay entidades muy sobredimensionadas en su estructura que en las actuales condiciones de mercados no pueden compensar con su cuenta de resultados. Para optimizar los costes de estructura se puede ir a fusiones u optar por la mejora de la eficiencia en los costes. Pero los recortes no son fáciles de asumir.

-Hay quien cree que la actual política de tipos oficiales en el 0% se puede prolongar tres años.

-No me extrañaría. Por eso más temprano que tarde habrá que volver a cuentas de resultados razonables, bien con fusiones o con imaginación para lograr otros ingresos. La inflación negativa no es buena. Es una anomalía de la economía y, por lo tanto, no puede haber aún subida de tipos. Por lo tanto, serán necesarios uno o dos años más de liquidez y tipos muy bajos para impulsar la economía.

-¿Entre las financieras también podría haber fusiones?

-Ya tenemos un sector concentrado y no es esperable, salvo que se unan bancos, en cuyo caso también lo harán sus filiales financieras.

-¿Por qué tiene que haber financieras si ya hay entidades de crédito?

-El producto no es el mismo. Nosotros estamos en el punto de venta de los bienes de consumo para financiar su adquisición. Nos esperamos a que vengan a pedirnos un crédito. Somos muy activos y damos un servicio específico.

-¿Les inquieta la proliferación de operadores tecnológicos y virtuales ("fintech") que empiezan a prestar y a dar servicios financieros?

-Si nos preocupa, lo que tenemos que hacer es ponernos las pilas. El fenómeno va a una velocidad mayor de la prevista. También la banca en la sombra ("shadow banking"). No están regulados y las reglas son distintas. Nosotros tenemos requisitos que ellos no tienen. Las "fintech" están indicando el futuro y van a forzar la transformación del sector. Tendremos que aprender y dar servicios "fintech".

-El sector tiene daños reputacionales. ¿Tendrán que repararlos?

-Es obvio. Pero nosotros tenemos que cumplir nuestro objeto social y ganar dinero. No hay economía si no subsiste un sector financiero. Y esto tiene que percibirlo el cliente. Sin embargo, tenemos que ser extremadamente cuidados con nuestra reputación, transparentes y cumplir las normas.