"Bowie", un pequeño perro que tiene un círculo azul alrededor de su ojo derecho, se ha convertido en la mascota de muchos niños que comparten un problema común, tienen lo que se llama un "ojo vago" o alguna enfermedad visual similar. El can, que sólo existe en el mundo que ha creado la empresa gijonesa Visionary, es el principal personaje de un videojuego de realidad virtual que tiene como objetivo que los pequeños se curen mientras juegan. Después de cada partida, un optometrista se encarga de evaluar los resultados, calibrar si el tratamiento está funcionando y proponer nuevas pruebas para que "Bowie" las complete.

La compañía nació como una "spin-off" de la Universidad de Oviedo, concretamente en el seno de la Escuela de Ingeniería Industrial. Para llevar a cabo el proyecto, los promotores se unieron con otras dos pequeñas compañías: Pixels Hub (dedicada a hacer videojuegos) y Airline Solutions (de diseño gráfico). "Vimos una línea de negocio que era vincular la realidad virtual con las patologías oculares", señala la actual gerente de Visionary, Susana Pascual. Comenzaron poco a poco haciendo pruebas científicas para saber si realmente un videojuego era capaz de curar este tipo de enfermedades. Y los datos respaldaron ampliamente el proyecto. "Empezamos haciendo ensayos clínicos y los resultados fueron muy positivos", señala Pascual. De hecho, uno de los optometristas que participa en el proyecto desde sus inicios, el vasco Juan Portela, tiene en marcha una tesis doctoral en la que tratará de demostrar la eficacia de este tratamiento.

Visionary aprovechó un congreso sobre optometría que se celebró recientemente en Gijón para captar nuevos profesionales que probaran su "invento". Ahora mismo hay más de un centenar de optometristas de toda España que usan el videojuego y unos trescientos pacientes que juegan y se curan al mismo tiempo de forma habitual. Aunque la empresa es muy joven (comenzó a funcionar como tal en abril del año pasado), los socios ya piensan en dar el salto a los mercados internacionales y en ampliar sus creaciones a los mayores con enfermedades visuales.

La idea es sencilla y efectiva. "Cuando el niño abre el juego en casa tiene las misiones para hacer que previamente el especialista ha pautado", explica Pascual. El objetivo de "Bowie" es superarlas para poder participar en unas olimpiadas caninas.

Este método de curación tiene dos ventajas para los pequeños. Por un lado, según apunta Susana Pascual, "es importante que sea un videojuego porque así el niño se abstrae de que tiene una dolencia y la curación es más sencilla". Por otro, el avance científico es claro, ya que hasta ahora la ambliopía (el "ojo vago") se trataba poniendo a los críos un parche en el ojo.

Óscar López, uno de los optometristas que trabajan también en la iniciativa, expone: "Lo que hacemos es trabajar distintas habilidades visuales, empezando por las más básicas, ojo a ojo, en una primera fase monocular. En el momento en que se llega a cierto nivel ya se trabaja en conjunción con los dos ojos". Otra de las optometristas involucradas en la compañía, Nansy García, apunta: "Se trata de conseguir llegar a un máximo de visión binocular, que es como se percibe realmente la profundidad".

Un 4% de la población mundial padece lo que se llama "ojo vago", así que el potencial de crecimiento de esta terapia es grande. Además, destaca García, "hay mucha más gente que tiene otro tipo de problemas de visión binocular, porque sus dos ojos tienen dificultades para trabajar de forma conjunta". En el caso de los niños, resaltan, es muy importante la detección precoz de este tipo de patologías, ya que suelen estar muy estrechamente relacionadas con el fracaso escolar.