La compañía productora de Aguas de Fuensanta, que ayer celebró el acto oficial de inauguración de su nueva línea de envasado, en la que ha invertido cuatro millones de euros, sigue relanzando la expansión comercial de la marca de agua envasada en el mercado de exportación y su propiedad proyecta a futuro la posible reapertura de su antiguo balneario en el concejo de Nava como refuerzo de la proyección de la marca y de la compañía, así como de su patrimonio histórico.

El inversor ovetense residente en México José Miguel Fernández Rodríguez, accionista mayoritario y consejero delegado de Global SMM 2009 (empresa propietaria desde 2014 de Aguas de Fuensanta), explicitó la voluntad de "conservar" el antiguo balneario, que estuvo operativo entre 1846 y la Guerra Civil, y sostuvo el "compromiso a largo plazo" de los nuevos accionistas que accedieron a la propiedad de la unidad productiva tras el proceso concursal por el que atravesó la anterior sociedad.

Fuensanta, que es el mayor envasador de agua mineral de los tres operativos actualmente en Asturias (Fuensanta, Cuevas y Borines), a los que podría sumarse un cuarto en un futuro próximo (Galea, un proyecto de Valle, Ballina y Fernández), facturó en 2014 (primer año de su nueva etapa) 3 millones de euros, tuvo una cifra de negocio de 4 millones en 2015 y ha presupuestado unos ingresos de 5 millones para este año, afirmó su presidente y socio, José Luis Martín-Caro.

La compañía naveta, que en la actualidad exporta a República Dominicana, Puerto Rico, Panamá, México, Estados Unidos y China, está a punto de formalizar un contrato de venta a Emiratos Árabes, dijo Martín-Caro, y entre sus planes se cita Holanda y Alemania, entre otros mercados. En el último año las ventas en el exterior crecieron el 150% y el propósito es impulsarlas con un aumento de otro 300%. "La salida a otros mercados es un objetivo rotundo", afirmó Fernández Rodríguez. "Exportar es casi una obligación y hacerlo con un producto de calidad, un privilegio", añadió el principal accionista de la compañía.

"Orgullo regional"

Al mismo tiempo, Fuensanta trata de "reconquistar el mercado asturiano", en expresión de su presidente. Tanto éste como el presidente del Principado, Javier Fernández, que ayer asistió al acto de inauguración, aludieron a la paradoja de que una tierra abundante en agua y manantiales, y con tres empresas envasadoras en activo en la comunidad, sea importadora de agua embotellada.

Martín-Caro aludió a la falta de "orgullo regional" en la preferencia por marcas foráneas cuando hay, sostuvo, tres en Asturias, y el presidente del Gobierno autonómico afirmó que "hay un punto de paradoja en que Asturias importe agua mineral: suena a aquello de llevar hierro a Bilbao, que se decía en otras épocas. Es casi una cuestión de orgullo que los asturianos seamos capaces de sacar provecho a lo bueno que tenemos. Hablo del agua como podría hacerlo de los 'alimentos del paraíso', de la calidad acreditada de los productos de nuestras explotaciones agrícolas y ganaderas". Según el presidente del Principado, en "la capacidad de explotación de nuestros propios recursos naturales" tenemos "bastante andado, pero aún nos queda mucho por avanzar".

El mercado global

Javier Fernández invitó a "los empresarios a que exploren todos los resortes que existen -especialmente en las consejerías de Empleo y de Desarrollo Rural-, de modo que no quede una sola buena iniciativa privada frustrada por desconocimiento".

También "alentó" a que la empresa asturiana trascienda las fronteras y que "aproveche al máximo todos los mecanismos desplegados, porque la apertura al mercado global es tan conveniente como inevitable".

Fernández Rodríguez sostuvo que la empresa ha "podido recuperar en muy poco tiempo la confianza quebrada" tras el proceso concursal por el que atravesó el negocio durante su anterior etapa, y explicitó que "el compromiso" de los nuevos propietarios es "a largo plazo": "En dos años hemos invertido más que lo que destinamos a la compra de la unidad productiva. Hemos venido para quedarnos y tenemos un proyecto a futuro", afirmó Fernández Rodríguez.

La inversión de cuatro millones de euros, aprobada y anunciada en 2015, se destinó a la compra, construcción e instalación de una máquina embotelladora Ergoblock, del fabricante alemán Krones, con capacidad para envasar hasta 22.500 unidades a la hora; el rediseño de las botellas y una nueva imagen de marca.