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El nuevo sindicato de industria de UGT de Asturias

La macrofederación, por la vía lenta

MCA y SOMA dejan para después del verano la negociación para fusionarse y crear una organización con 22.000 afiliados que debe superar históricas diferencias

La macrofederación, por la vía lenta

Las direcciones de MCA-UGT y SOMA-FITAG-UGT no tienen prisa para constituir la que será la mayor federación sindical de Asturias, con más de 22.000 afiliados de los sectores de la industria, la minería, la construcción y el agroalimentario. La nueva ejecutiva de MCA, liderada por Jenaro Martínez Paramio, aún no ha mantenido ni una reunión con la del SOMA, encabezada por José Luis Alperi, y el inicio de las conversaciones no se prevé hasta después del verano. "Lo que interesa es que, aunque nos tomemos un tiempo prudencial, la cosa salga bien", afirmó Martínez Paramio tras asumir la dirección de MCA. "No hay plazos, aunque tampoco sería conveniente meternos en 2017", señaló por su parte Alperi.

A nivel estatal ya se constituyó el pasado 12 de mayo la nueva Federación de Industria, Construcción y Agro (UGT-FICA), compuesta de diez sectores organizativos, cinco procedentes de MCA (Bienes de equipo; Construcción; Material de transporte, electrónica y tecnologías de la información; Industria automovilística, y Siderurgia y transformación de metales) y cinco de FITAG (Agropecuario; Alimentación, bebidas y tabaco; Energético; Minería, y Químico, textil y de artes gráficas). Las antiguas federaciones mantienen el mismo peso organizativo, un esquema que debería reproducirse en Asturias, donde MCA aportará el 58,5% de los afiliados, un total de 12.867, frente al 41,5% del SOMA-FITAG, con 9.144.

La histórica rivalidad entre el sindicato de los metalúrgicos (que ha llevado las riendas de UGT Asturias en las últimas décadas) y el de los mineros (que durante muchos años controló la Federación Socialista Asturiana, el "partido hermano") debe ahora convivir dentro de una estructura única. Hay reticencias en ambas partes, pero a la luz han salido, sobre todo, las procedentes del SOMA, que de mano no quiere ni perder sus siglas. "El nombre no hace la cosa", señaló el belmontino Pepe Álvarez, secretario general de UGT, convencido de que "habrá acuerdo" sobre las siglas "manteniendo las connotaciones sentimentales e históricas". Eso sí, el líder de UGT destacó que "no sólo el SOMA tiene historia y sentimientos y habrá que conciliar los de todos".

El Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias (SOMA) se creó por iniciativa del langreano Manuel Llaneza en 1910. Fue el primer sindicato de industria del movimiento obrero español. En él se encuadraron trabajadores de la minería y de las actividades complementarias fuera cual fuera la localización de la actividad en Asturias, la empresa y la cualificación profesional del trabajador. Con el SOMA se superó el modelo de sindicato de oficio imperante hasta entonces.

Tres años después de la fundación del SOMA, en 1913, las sociedades obreras de metalúrgicos de Oviedo, Gijón, Mieres, Musel, Ablaña y Arnao, que representaban a 1.750 afiliados, decidieron constituir en Oviedo el Sindicato Obrero Metalúrgico de Asturias y en su primer congreso constituyente se acordó nombrar a Manuel Vigil Montoto como secretario general.

Son los embriones de la Federación del Metal, Construcción y Afines de UGT (que como MCA-UGT se constituyó en 1998 tras la fusión de UGT-Metal y FEMCA-UGT) y del SOMA-FITAG-UGT (que en 1994 afrontó la primera fusión con sectores industriales para formar SOMA-FIA-UGT y en 2011 la segunda con los trabajadores agrarios para formar la actual federación). "Hemos vivido varios procesos de fusión y en todos ellos se han respetado las fortalezas y sentimientos colectivos de cada federación, siempre desde la generosidad y la unión", afirmó José Luis Alperi, secretario general del SOMA-FITAG-UGT, que añadió que en todas esas fusiones el SOMA mantuvo sus estatutos.

Alperi tomó las riendas del sindicato en 2013 (con el 97,5% de los votos) para llenar el vacío de poder que había dejado José Ángel Fernández Villa, que renunció al cargo después de 34 años de férreo mando y antes de que saliera a la luz su fortuna oculta. Por su parte Jenaro Martínez Paramio fue proclamado secretario general de MCA-Asturias el pasado día 1 de junio (con el 82% de los votos) en sustitución de Eduardo Donaire, al frente del sindicato durante 16 años. En el congreso en el que se produjo el relevo, Donaire señaló que no había querido pilotar el proceso de fusión con el SOMA "para evitar fantasmas del pasado", en clara alusión a las tensiones con el sindicato minero. Cuesta imaginar una fusión pilotada por los viejos líderes Villa y Donaire.

MCA sigue manteniendo el control de UGT de Asturias. Al frente han estado durante las últimas décadas sus dirigentes: Manuel Fernández "Lito", Eduardo Donaire, Justo Rodríguez Braga y ahora Javier Fernández Lanero, que fue proclamado secretario general de UGT de Asturias en mayo. No obstante, sólo logró el 56% de los votos y ello a pesar de que su oponente, Iñaki Malda, también de la MCA, no había conseguido los avales suficientes. Una parte de la Federación del Metal, vinculada a la sección sindical de Arcelor-Mittal en Avilés (la mayor de MCA) es crítica con la cúpula de la Federación. En la MCA no hay una sola corriente y eso puede tener efectos en la confluencia con el SOMA a la hora de configurar la nueva federación en Asturias. Los pesos de afiliados de cada organización (58,5% frente al 41,5%) pueden no tener reflejo en la relación de fuerzas por la distorsión de las corrientes en MCA.

La actual ejecutiva del SOMA-FITAG logró un respaldo de más del 97% de los votos, lo que indica una fuerte cohesión interna a pesar de que el sindicato, que ha perdido buena parte de su influencia política, cada vez es más heterogéneo. El sector de la minería (que hizo que el SOMA superara los 28.000 afiliados el siglo pasado) representa ahora poco más del 40% de los 9.144 afiliados que conserva. Además, de esa porción de mineros, el 60% están prejubilados y sólo el 40% en activo. El sector energético representa alrededor del 25% de la afiliación del SOMA-FITAG y el químico ("donde más posibilidades de crecimiento tenemos", destaca Alperi) poco más del 20%. El sector agroalimentario representa apenas el 10% y el textil es muy minoritario.

Pedro Luis Hojas, primer secretario general de UGT-FICA, pidió el pasado mes en Oviedo que el proceso de fusión de federaciones asturianas fuera "breve". De momento ni ha comenzado y en otras regiones, como en Extremadura, ya está concluido. Además, CC OO de Industria de Asturias acaba de fusionarse con FEAGRA, la federación agroalimentaria, conformado una suma de organizaciones con cerca de 14.000 afiliados en la región. MCA y SOMA han elegido la vía lenta.

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