El secretario general de UGT, el asturiano Pepe Álvarez, señaló ayer que no piensa ir al almuerzo que el Rey ofrecerá el lunes al presidente Barack Obama, y al que también están invitados los principales partidos políticos, porque "no lo entendería la afiliación".

En un desayuno-coloquio organizado por Nueva Economía Fórum, Álvarez explicó que ve el acto como "un divorcio" con la sociedad a la que UGT representa y añadió que asistir a un almuerzo "de esas características" sería muy difícil de explicar a los afiliados. Precisó que la no asistencia no tiene otra lectura y que Obama es el presidente de Estados Unidos a quien mejor estrecharía la mano. Álvarez insistió en que el sindicalismo "no sólo tiene que serlo, también parecerlo".

El secretario general de UGT advirtió de que la sociedad se está radicalizando por el mal reparto de la riqueza y, por ello, exigió que se hable "menos de cargos y más de políticas", que es lo que restablecería la confianza entre la ciudadanía y la vida política. Álvarez extendió sus críticas al sector financiero, a quien tachó de "ingrato" y le dijo que no debería olvidar "de dónde viene ni las ayudas que ha recibido de España". Lamentó que ahora los bancos presenten ajustes en sus plantillas.