"Asegurar que Asturias es un infierno fiscal es falso y también lo es afirmar que el despegue económico del Principado está coartado por la voracidad impositiva", aseguró el presidente del Principado, Javier Fernández, durante un almuerzo con un centenar de empresarios que participaron en el foro de APD y Deloitte. El jefe del Ejecutivo regional respondía así a las voces que le piden que meta mano al impuesto de sucesiones para evitar que los asturianos sean los que más pagan por este tributo.

Fernández reprochó a la oposición que cada vez que este debate vuelve a la arena política le acusen de estar expoliando al contribuyente. Reconoció "la evidencia de que hay divergencias fiscales entre comunidades, diferencias que redundan en beneficios y perjuicios mutuos y que en conjunto empujan a una competición de saldos fiscales que favorecen a los más ricos". Apuntó hacia el Ejecutivo central, al que pidió que establezca una tributación mínima en el impuesto de sucesiones "homogénea en todo el Estado". Es un paso para, señaló, "acotar la competencia fiscal entre comunidades". El programa electoral del PSOE asturiano incluía corregir el llamado "error de salto" del tributo de sucesiones para evitar que el contribuyente con una base imponible de 150.000 euros esté exento de pagar por ese impuesto pero si la herencia es de 151.000 euros se vea obligado a abonar desde el primer euro de una factura de hasta 18.000 euros. De momento no se ha retocado nada.

Lo que, a juicio de Fernández, parece difícil de cuadrar son los "seis mil millones que necesita recaudar Luis De Guindos (ministro de Economía en funciones) para impedir la multa de Bruselas" por haber excedido los objetivos de déficit. "Habrá incrementos de impuestos por mucho que se confíe todo al crecimiento económico", pronosticó el presidente del Principado. Eso sí, Fernández reconoció que los vientos económicos han cambiado. "Estamos en otra fase, con un crecimiento del 3% y una reducción del desempleo, la recuperación es innegable", afirmó. Aún así, hizo un llamamiento a no confiarse y a intentar protegerse de las posibles tormentas internacionales que acechan (como el "Brexit", la caída de los precios de las materias primas...). "Tenemos una capacidad limitada para gobernar estas amenazas", admitió. Aunque resaltó que hay otros asuntos internos como la reforma del sistema de pensiones o de la financiación autonómica que "son idelegables, o los resolvemos o los dejamos empeorar".

De puertas hacia dentro de la comunidad, aseguró que es difícil invertir más sin reducir el gasto en otras partidas, y garantizó que el pacto de concertación firmado hace un par de meses con los sindicatos y la patronal FADE, empieza a dar sus frutos. "Hemos iniciado la revisión de las cláusulas de contratación pública", señaló. Una vieja petición de los constructores para evitar la competencia que llega de otras regiones.

Fernández destacó que el Principado es una de las comunidades que paga en menos tiempo y que mejor controla la deuda y el déficit. "¿Como se puede denunciar a la par que somos un gobierno despilfarrador, ineficaz y manirroto, como hemos escuchado?", se preguntó.