Asturias forma parte este año del grupo de regiones que presentan un saldo positivo entre las empresas que trasladan su domicilio a la comunidad y aquellas que la abandonan para establecerse en otras. Es una posición que no frecuenta el Principado, que durante los últimos ejercicios registró sistemáticamente más salidas de negocios que entradas, circunstancia que las organizaciones patronales asocian a la elevada fiscalidad.
Según la agencia española de calificación crediticia Axesor, durante el primer semestre de 2016 37 sociedades mercantiles de otras autonomías trasladaron su domicilio a Asturias, frente a las 32 compañías asturianas que tomaron la decisión contraria. El saldo positivo asturiano se refuerza además con la dimensión de los negocios que han recalado en la región, como sugieren los datos de facturación: la cifra de negocio agregada de las empresas que se han deslocalizado hacia Asturias asciende a 302 millones de euros al año, frente a los 106,8 millones de las compañías que dejan la comunidad. Ese resultado indica que las actividades que captó la región son de mayor tamaño, si bien también cabe la hipótesis, indicaron fuentes técnicas, de que el dato se explique por el hecho de que entre esas empresa haya una determinada que tenga un tamaño singular. Axesor guarda reserva sobre la identidad de las compañías que cambia de domicilio y por ahora no han trascendido nombres.
Con el balance de estos seis meses, Asturias se mete en el grupo de ocho regiones que atraen más empresas de las que pierden. Además del Principado, se trata de Andalucía, Aragón, Baleares, Extremadura, La Rioja, Madrid y Murcia. La comunidad madrileña se afianza como la que posee mayor poder de atracción: recibió a 772 empresas frente a las 509 que cambiaron de territorio. La capitalidad, el tamaño del mercado y también la ventajosa fiscalidad de la autonomía explican ese resultado, según los análisis más frecuentes. En el aspecto tributario, Madrid tiene más bajo que el resto de regiones el tipo marginal del IRPF (el que suelen pagar altos directivos y empresarios con altas retribuciones), no cobra el impuesto de patrimonio, exime prácticamente a los familiares más directos en el tributo de sucesiones y también grava menos las transmisiones patrimoniales y los actos jurídicos documentados, operaciones que frecuentemente realizan las empresas.
La elevada presión de algunos de esos tributos (patrimonio y sucesiones, sobre todo) ha sido invocada con frecuencia por la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) para explicar la "fuga" de compañías de Asturias hacia otras regiones y particularmente hacia Madrid. Entre enero y junio de este año, el saldo con la capital de España vuelve a ser negativo: se mudaron hacia allí 17 empresas antes establecidas en Asturias, mientras que 9 madrileñas recalaron en la región. No obstante, la llegada de compañías de otros territorios como País Vasco (6), Cataluña (5) o Galicia (4) compensó esta vez la salida de negocios hacia Madrid.
