Caixabank obtuvo en el primer semestre de este año un beneficio de 638 millones de euros, lo que supone un 9,9% menos que en el mismo período de 2015, que incluía impactos extraordinarios asociados a la integración de Barclays Bank. El resultado se apoya, según la entidad, en un elevado nivel de ingresos, en la contención de los gastos de explotación y en las menores dotaciones, que suman entre enero y junio 912 millones de euros, un 36,6% menos. La ratio de morosidad, por su parte, sigue reduciéndose y se sitúa ahora en el 7,3%, tres décimas menos que hace un año. En el actual contexto de tipos de interés muy reducidos, el margen bruto de Caixabank cae un 11,3% interanual y el de intereses, el 10 %. Caixabank, presidida ahora por Jordi Gual, destaca, en todo caso, que en el segundo trimestre mejoran esos márgenes. La evolución del crédito a la clientela mantiene la tendencia a la recuperación, con un incremento del 1%.