Europa ha tomado nuevas medidas para proteger su sector siderúrgico, amenazado por las prácticas comerciales agresivas de productores como los de China y Rusia. La Comisión Europea comunicó ayer el establecimiento de "aranceles definitivos" (estables por un período de cinco años) a productos siderúrgicos procedentes de ambos países. Bruselas endurece así su política comercial defensiva, avivando además la guerra comercial con China, aunque la industria sigue sin estar satisfecha. Arcelor quiere mayor contundencia y celeridad en la respuesta europea.

Elevar a definitivos los aranceles que provisionalmente venía aplicando la UE significa en primer lugar que la investigación sobre las prácticas comerciales de los productores chinos y rusos han verificado que, como denunciaba el sector europeo, los exportadores están colocando sus productos a precios por debajo de coste ("dumping"). La investigación concluye, por ejemplo, que el coste de las materias primas no justifica las rebajas observadas en los precios medios mensuales de las siderúrgicas chinas (-13%) y rusas (-12%).

La decisión afecta a productos laminados en frío, con aplicaciones en la construcción y en la industria, incluida la automovilística. El acuerdo de Bruselas fija unas tarifas arancelarias de entre el 19,7% y el 22,1% para las importaciones procedentes de China y de entre el 18,7% y el 36,1% en el caso de las compañías rusas. Además, se establece un criterio retroactivo: el gravamen afectará también a las operaciones realizadas durante los dos meses anteriores al acuerdo.

La decisión es considerada como un avance por la industria acerera europea, pero no satisface sus aspiraciones. Arcelor, principal fabricante mundial y con factorías en la mayor parte de los países europeos, considera que los nuevos aranceles pueden tener efectos disuasorios, aunque no resuelven el problema de la competencia desleal. Según fuentes del coloso siderúrgico, el alcance de los aranceles (una media del 20% en el caso de los laminados chinos) no basta para cubrir la dimensión del "dumping" que practican los competidores chinos. El sector europeo lo cifra entre el 35% y el 40%.

Arcelor también quiere una respuesta más ágil de la maquinaria burocrática europea. Las mismas fuentes subrayaron que la decisión sobre los laminados en frío ha tardado seis meses en tomarse, y sigue pendiente de resolución una investigación semejante sobre los laminados en caliente que tiene mayor enjundia económica. En este otro capítulo, la competencia china implica directamente a los productos planos que salen de las plantas asturianas, menos afectadas en el caso de los laminados en frío.

Las importaciones de acero chino a Europa aumentaron el 48% en el último año y las del ruso, el 25%, hasta superar las 721.000 y las 578.000 toneladas respectivamente. En un contexto de demanda débil, el efecto sobre los precios de las prácticas de "dumping" ha sido muy severo para rentabilidad de la siderurgia continental, que está abordando cierres y ventas de factorías y movimientos exploratorios para posibles fusiones.

Europa lleva meses exigiendo a China que reduzca su sobreproducción, un excedente derivado de la caída de la demanda interior y de una exceso de capacidad que Pekín se ha resistido a ajustar. El Ministerio de Comercio chino reaccionó ayer criticando las medidas "antidumping" europeas. "Las sanciones elevarán los precios en la UE y perjudicarán a su competividad", dijo. Y añadió: "China lamenta estos gestos continuados de proteccionismo" que "dañan el comercio internacional". Recientemente, Pekín también estableció sus propios aranceles al acero europeo. La guerra comercial se recrudece.