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Comercio controlará los bazares chinos para que respeten los días de cierre

El Principado inspecciona las tiendas orientales para evitar que abran los domingos que prohíbe la ley y vigilar que no superen los horarios

El Principado ha puesto en marcha una campaña de inspección en los bazares chinos para controlar que estas tiendas cumplan con los horarios a los que les obliga ley. Así se acordó en la última Mesa de Comercio, en la que están presentes el Gobierno asturiano, los sindicatos y las asociaciones de comerciantes, y en la que de forma conjunta suelen tratarse los problemas del sector y se les intenta buscar soluciones. A propuesta del Ejecutivo, se pactó llevar a cabo una campaña de inspección específica para los llamados bazares multiproducto, ya que estaba creciendo el número de los que abren los domingos y en días festivos, cuando la mayoría lo tiene prohibido.

Los propios inspectores que tiene la Dirección General de Comercio se encargarán de llevar a cabo esta campaña. La normativa regional sobre este sector es clara y una de las más duras de España. En concreto, establece que sólo los locales que tienen menos de 300 metros cuadrados pueden abrir con total libertad durante los domingos, pero con algunas excepciones que penalizan a las grandes compañías y benefician a los pequeños comerciantes. La mayoría de este tipo de bazares suele exceder esas dimensiones, por lo que tiene los festivos de apertura muy restringidos. De hecho, Asturias es una de las comunidades con mayores trabas en materia de horarios comerciales, pese a los intentos del Gobierno central por liberalizarlos lo máximo posible.

Sólo se puede levantar la persiana libremente diez festivos o domingos al año que previamente hayan sido pactados entre las asociaciones de comerciantes y los sindicatos. Hoy, festividad de la Asunción, por ejemplo, es uno de esos días en los que pueden tener abiertas sus puertas.

Las multas por saltarse estas restricciones no son moco de pavo. Abrir un domingo o festivo prohibido está tipificado en la ley asturiana de Comercio como una infracción grave, y las sanciones varían entre los 3.001 y los 90.000 euros. A medida que se reincida, la cantidad sube.

Los comerciantes dudan de que el endurecimiento de la campaña de inspección sobre este tipo de bazares pueda tener, aguas abajo, efectos realmente positivos para el resto de tiendas. "El daño que nos pueden hacer por abrir no es excesivo, el sector tiene otros problemas más importantes", asegura uno de los miembros de esa Mesa de Comercio.

Ésta no es la primera vez que el Principado realiza una medida similar. Nada más que se aprobó la normativa que regulaba los horarios comerciales, allá por 2011, inició una campaña muy similar y con el mismo objetivo en el punto de mira: los bazares chinos. Aquello acabó con varias sanciones y obtuvo el efecto deseado, obligando a que muchos echaran la persiana los domingos y festivos que no podían abrir.

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