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Las pymes se reinventan para salir y compensar "la falta de clientes en España"

Las empresas se lanzan al mercado exterior solas o en alianza con otras

La nómina de exportadores sigue aumentando en Asturias. Son más las empresas del Principado que miran al exterior para abrir nuevos mercados, espoleadas a menudo por la necesidad de suplir con el negocio foráneo el déficit de la demanda interna. Y esa estrategia de apertura ya no es territorio exclusivo de las grandes compañías. Cada vez son más las pequeñas y medianas empresas asturianas se suben al carro de la exportación. Forman la gran mayoría de las más de 1.250 exportadoras que este año tiene la región.

Entre ellas está el Consorcio Asturias for Foodies, que engloba a tres firmas del sector de la agroalimentación: Sidra Trabanco y las conserveras Agromar y Agrovaldés. Esta alianza se gestó para "unificar esfuerzos y poder crecer en un mercado tan complicado como el estadounidense", como explica Begoña Medio, gerente del consorcio. La tarea principal de la organización regentada por Medio es "organizar eventos, dar soluciones, consejos y apoyo a estas empresas", aprovechando que ya tenían experiencia en el mercado norteamericano. Los planes para el futuro van encaminados a "aumentar las ventas en Estados Unidos, dirigir las miras hacia otros países e incorporar nuevas empresas al consorcio", especifica Medio.

Otro caso paradigmático es el de la empresa Calderería Reparaciones y Proyectos del Norte, con instalaciones en Carreño, que realizó los primeros viajes comerciales hace cuatro años. "Ante la falta de clientes en España, había que buscar oportunidades fuera", explica Javier García, gerente. "Aun estamos lejos de los números que queremos, pero vamos en un viaje sin retorno, volcándonos en la exportación", asevera García.

La empresa ya trabaja con astilleros franceses y tiene proyectos cercanos a cristalizar en Alemania e Inglaterra. "Nuestro objetivo para los próximos años es seguir creciendo y, quién sabe, si conseguir que las exportaciones lleguen a sustituir al mercado nacional", enfatiza García. Por el momento, las ventas al exterior suponen un 20% del total de facturación de la empresa de forma directa y por encima del 50% de forma indirecta.

La empresa avilesina Mecanizados CAS nació hace casi medio siglo para dar servicio a Ensidesa, pero con el paso de los años tuvo la necesidad de reinventarse. "Buscamos ampliar clientes y reducir la exposición a un solo cliente principal que teníamos en el pasado", relata Pablo Fernández, jefe de exportaciones. Y expone que lo más importante para exportar es "tener claros los puntos fuertes de tu empresa y explotarlos al máximo".

Fernández subraya que "el empujón definitivo para lanzarnos a exportar nos lo dio la crisis económica". La compañía hace especial hincapié en el apoyo de Asturex (Sociedad de Promoción Exterior Principado de Asturias). "Como todo lo público, las cosas siempre se puede hacer mejor, pero fue la colaboración de Asturex lo que nos abrió la puerta y nos dio los medios y el respaldo para llevar a cabo nuestra idea". CAS está presente hoy en México, Francia o Alemania, y el valor de sus exportaciones representa ya la cuarta parte de la facturación total de la empresa.

José Manuel Moro, jefe de exportación de Dimelsa, una empresa asturiana de venta de materiales eléctricos al por mayor del grupo Imasa, coincide con Pablo Fernández en la importancia del apoyo de Asturex. "Nos ayudó mucho a establecer contactos, creándonos una cartera de clientes potenciales y concertando citas con ellos, para darnos a conocer", relata Moro, quien asegura que las exportaciones suponen un 45% del volumen de negocio de la empresa.

"Las perspectivas en el extranjero son mejores que en España, pretendemos seguir adelante, continuar creciendo. Queda mucho trabajo por hacer en estos países", enfatiza Moro.

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