Las hipotecas siguen creciendo en tasa interanual en Asturias y en España, aunque en junio se desaceleraron, según los datos que difundió ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). Asturias fue la tercera región en la que más se redujo la constitución de nuevas hipotecas en junio (cayó el 19,2%, sólo menos que en La Rioja y Murcia, respecto al mes anterior), aunque respecto a un año antes el avance es del 9,9%. En el conjunto del país, junio también fue un mes de caída (la fomalización de nuevos créditos hipotecarios retrocedió el 4,9% respecto a mayo), de forma que la tasa de crecimiento interanual, que había sido del 34,1% en el mes precedente, se atenuó en junio hasta el 15,5%.

La constitución de hipotecas sobre viviendas registra en España un gradual crecimiento de la modalidad con tipo de interés fijo, favorecido por la existencia de bajas tasas de interés merced a la política ultraexpansiva del Banco Central Europeo. Aunque sigue siendo mayoritaria la opción de tipos de interés variable (76,6%), la contratación de tasas a interés fijo supuso en junio cerca de la cuarta parte (23,4%) del total de los préstamos negociados con la banca para la compra de vivienda.

Casi la mitad (el 46,6%) de las modificaciones negociadas ese mes en las hipotecas preexistentes fue también para sustituir los tipos variables por los fijos. Por esta vía el porcentaje de hipotecas a interés fijo aumentó del 6% al 11,1% y las de interés variable se redujeron del 93,6% al 88,4%.

Pese a la acción expansiva de la política monetaria del banco emisor, el euribor, que es la principal referencia utilizada en España en los contratos de hipotecas (78,8% de los casos), repuntó de forma leve en agosto respecto a su mínimo histórico, que había alcanzado en julio al situarse entonces en el -0,056%. Pese al repunte, el euribor también cerró agosto en tasa negativa (-0,048%), con lo que suma siete meses consecutivos por debajo de cero.

Los tipos de mercado en negativo abaratan el coste de las hipotecas, aunque algunas entidades bancarias han ampliado los diferenciales habituales que aplican al euribor para no incurrir en pérdidas. El euribor negativo es una ventaja para los endeudados pero un quebranto para ahorradores.