El exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato defendió ayer la contratación en Caja Madrid tanto de su excuñado Santiago Alarcó como de su secretaria personal, Teresa Arellano, y afirmó que fueron "muy beneficiosos" para la entidad.

Rato declaró en la mañana de ayer ante el titular del Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, Antonio Serrano-Arnal, que investiga al exministro asturiano por varios delitos, entre ellos blanqueo, corrupción entre particulares y administración desleal, y en una pieza separada trata de aclarar los detalles de la contratación de Alarcó y Arellano.

Rato indicó que el ingreso de Alarcó en Caja Madrid "fue muy beneficioso para la entidad, particularmente en temas como la liquidez y el manejo del balance, ya que la caja carecía entonces de profesionales con su experiencia internacional". Además añadió que él no participó en su contratación. Y sobre Arellano señaló que "contaba con una amplia experiencia de más de 16 años en servicios de máxima responsabilidad y representación, y que sus condiciones laborales fueron negociadas por ella directamente con Caja Madrid".

El sumario recoge los sucesivos incrementos salariales percibidos por Alarcó, que comenzó cobrando 120.000 euros anuales en 2011 y dos años después llegó a ganar más de 480.000 euros. Los términos del contrato de Arellano reflejan una retribución de 110.000 euros en 2010, de 213.000 euros en 2011 y de 374.500 euros en 2012, así como una indemnización por despido de 339.619 euros con una antigüedad reconocida de doce años, aumentos que, según la Fiscalía, podrían suponer administración desleal.