La Comisión Europea investigará las implicaciones éticas del fichaje de su expresidente, José Manuel Durão Barroso, como asesor de Goldman Sachs, después de las críticas hechas públicas la semana pasada por la Defensora del Pueblo de la UE. Además, en una decisión sin precedentes, Barroso perderá el "acceso privilegiado" a la institución, que le corresponde como antiguo alto cargo, y pasará a ser considerado como un 'lobista' en sus contactos con la Comisión y sus miembros.

Así lo ha indicado el actual jefe del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, en su respuesta escrita a la Defensora del Pueblo de la UE, Emily O'Reilly, quien el pasado día 5 puso en duda las medidas tomadas hasta ahora. O'Reilly ha celebrado la celeridad con la que Juncker ha reaccionado a su queja y ha confiado en que el examen ético se cumpla ahora "cuanto antes". Con todo, ha advertido de que son necesarias más medidas para evitar nuevos conflictos.

Las normas actuales en materia de conflicto de intereses exigen a los exaltos cargos comunitarios informar a la Comisión Europea de su cambio de puesto, si este se produce en los 18 meses siguientes a dejar Bruselas. En el caso de Durão Barroso, su contrato con la influyente entidad de Wall Street -para la que también trabajaron el actual presidente del BCE, Mario Draghi, y el expresidente de la Comisión Romano Prodi - se firmó 20 meses después de cesar su relación con la Comisión, lo que le permitió evitar la notificación y también ha permitido a Bruselas defender hasta ahora que se cumplieron las reglas.