China ha accedido a la exigencia de la UE y EE UU para la creación de un mecanismo internacional de seguimiento, en el seno de la OCDE, para el control y supervisión de los excesos de capacidad de acero y de las ayudas y subsidios públicos a la siderurgia que podrían estar alterando las reglas del mercado y de la libre competencia al hacer posible prácticas de "dumping" (ventas por debajo de costes). El nuevo mecanismo de información sobre el sector siderúrgico emitirá su primer informe en 2017.

China, que accedió a la exigencia de Europa y EE UU para crear un instrumento de control aunque no al carácter vinculante de los dictámenes que se emitan, niega ser el único causante de los excesos de producción y de la caída de precios, y mantiene la tesis de que se trata de un problema global que concierne a todos los países productores.

En la cumbre del G20 hace una semana en Hangzhou, el presidente de EE UU, Barack Obama, planteó al presidente chino, Xi Jinping, el malestar norteamericano con las prácticas comerciales chinas en el sector del acero, que en Europa y América son juzgadas como competencia desleal y ya motivaron la imposición recíproca de medidas "antidumping". Obama dijo que el exceso de capacidad no es sólo consecuencia de las fuerzas de la oferta y la demanda, sino de decisiones políticas que distorsionan el mercado.

China está afrontando un complejo proceso de ajuste fabril que supondrá un recorte de 100 a 150 millones de toneladas de acero hasta 2020, lo que destruirá empleo. Sin embargo ese ajuste apenas es la mitad del exceso de capacidad estimado (300 millones). China, con 1.140 millones, tiene casi la mitad de la capacidad mundial.