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Las tendencias demográficas

Asturias envejece como Alemania del Este

Cinco regiones de la antigua RDA son junto al Principado los territorios de la UE con mayor tasa de personas mayores de 65 años, que superará el 40% en 2050

Asturias envejece como Alemania del Este

En la Asturias de 2050, cuatro de cada diez personas tendrán más de 65 años. Según las proyecciones demográficas que ha realizado Eurostat, en toda la UE sólo habrá cinco zonas con resultados semejantes o superiores y todas son alemanas. Se trata de cuatro estados (länder) y una parte de otro que se corresponden con la mayoría del territorio de la Alemania del Este, donde tras la reunificación del país se vivió un proceso de desindustrialización y emigración masiva de los jóvenes que apenas pudo ser contenido por la ingente cantidad de recursos que Berlín ha destinado a atajar el subdesarrollo en la antigua RDA comunista.

Considerando la proporción de personas que superan los 65 años y cómo evolucionará en las próximas décadas, las cinco regiones más ancianas de la vieja Europa son alemanas: Chemnitz (uno de los tres departamentos de la baja Sajonia), Sajonia-Anhalt, Brandenburgo, Turingia y Mecklenburgo-Vorpomment. Abarcan la mayor parte del territorio de la extinta República Democrática Alemana, el régimen comunista que cayó con el Muro de Berlín en 1989. En todos ellos, la población mayor de 65 años ya supone más del 23% y superará el 40% en el horizonte de 2050 si no se revierte una tendencia demográfica que comenzó antes de la reunificación.

"En la RDA la tasa de natalidad ya era baja; tras la caída del Muro, la brecha de desarrollo provocó una emigración masiva de los jóvenes hacia la Alemania occidental". Holm-Detlev Köhler, profesor alemán de Sociología de la Universidad de Oviedo, sintetiza en ese comentario los dos fenómenos demográficos que se combinaron para inducir un proceso de envejecimiento que dentro de España es comparable en intensidad a los registradso en Asturias, Galicia o Castilla y León.

Se estima que dos millones de personas se marcharon a los länder occidentales a partir de 1990. La población actual agregada de las cinco regiones destacadas por Eurostat ronda los 9 millones de personas. "Se fueron sobre todo la personas jóvenes y las más cualificadas", explica el holandés Hans van den Broek, también sociólogo y profesor universitario en Asturias.

Durante el último cuarto de siglo, la Administración federal ha destinado más de dos billones de euros para estimular el desarrollo de la antigua Alemania del Este y elevar el nivel de vida. "La brecha apenas se ha cerrado", expone Kölher. Las tasas de paro suelen duplicar en esa parte de Alemania las propias de los territorios occidentales, aunque las estadísticas oficiales sitúan esos niveles de desempleo y también la tasa de actividad en posiciones en apariencia mucho más favorables que las de Asturias y que las de cualquier otra región española. Según Eurostat, el índice de paro en esas regiones alemanas no superaba el 8% en 2015 (19% en Asturias). Ahora bien, hay una realidad distinta detrás de esas cifras: "Del Estado alemán siguen saliendo enormes sumas hacia esas zonas destinadas a programas sociales y de inserción laboral que sacan a la gente de la lista del desempleo, pero que encubren una parte significativa del problema; muchos alemanes del Este están ocupados así, no tienen un empleo normal".

Las inversiones en infraestructuras y los incentivos a la inversión favorecieron la localización de empresas, pero su impacto en el empleo quedó muy lejos de compensar la pérdidas de puestos de trabajo que se perdieron con el cierre del obsoleto sector fabril de la antigua RDA. "Una fábrica moderna puede emplear a tres mil trabajadores; los grandes conglomerados que cerraron ocupaban a más de veinte mil", resume el profesor Kölher.

La envejecida y deprimida Alemania del Este, sin emprendedores y con una fuga masiva de jóvenes, no pudo competir además con vecinos como Polonia, Chequia o Eslovaquia, países con costes salariales bajos que captaron muchas inversiones y deslocalizaciones de empresas procedentes de la parte occidental de la República Federal Alemana.

En alguna medida, los territorios que pertenecieron a la desaparecida RDA se vieron ante un problema análogo al que sufrió Asturias: la imposibilidad de reemplazar la mayor parte del empleo destruido durante los procesos de reconversión que en el Principado se desarrollaron a partir de los años 80. "En términos político-culturales no se puede establecer un paralelismo, pero sí en cuanto a la desindustrialización y el envejecimiento; aquí se dependió de una industria pública sobredimiensionada y obsoleta, y lo mismo pasó allí", concluye Holm-Detlev Köhler.

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