El crecimiento mundial se limitará al 2,9% este año y al 3,2% el próximo, una décima en cada caso menos de lo que la OCDE había estimado en junio, según anunció ayer esta organización de países avanzados. Esta nueva revisión a la baja de las expectativas de avance económico contrasta con la progresión anual previa a la crisis, que e situaba en torno al 4%, dijo su economista jefe, Catherine Mann.

Estados Unidos se quedará en el 1,4% este año y en el 2,1% el próximo, sobre todo por el bajón de la inversión, en parte porque se han paralizado los proyectos para explotar el petróleo y el gas de esquistos tras el hundimiento del barril de crudo. El PIB de la zona euro, progresará el 1,5% en 2016 y en el 1,4% en 2017. Pese al "brexit", Reino Unido todavía aumentará el 1,8 % este ejercicio, pero en 2017 se quedará en el 1%. Sobre España -para la que no dio cifras-, la OCDE cree que la falta de Gobierno y de perspectivas para que pueda formarse próximamente constituye un "desafío" y ve vulnerabilidad en su excesiva dependencia del mercado europeo.

Por el contrario, el club de las economías avanzadas ha mejorado su previsión sobre Brasil: la OCDE estima que su economía se comportará menos mal de lo que había anticipado hace tres meses, aunque la recesión se prolongará este año y el próximo: la caída del PIB será del 3,3% en 2016 y del 0,3% en 2017.

La OCDE alertó de las "distorsiones" que está generando la prolongación de las políticas de tipos de interés excepcionalmente bajos así como los síntomas de burbujas bursátil e inmobiliaria, y pidió más inversión pública.