José Oliu, presidente del Banco Sabadell (en Asturias, Sabadell-Herrero), se confesó ayer "muy preocupado" porque la política monetaria ultraexpansiva e incluso no convencional del Banco Central Europeo (BCE) "no está teniendo los efectos esperados" y no se están verificando las teorías al uso, según las cuales la bajada de los tipos de interés (actualmente, en niveles ínfimos) deberían alentar tanto el consumo como la inversión, y ambos comportamientos deberían estimular el crecimiento económico.

En el acto de entrega del XV Premio "Fundación Banco Sabadell" a la Investigación Económica a la profesora de la Universidad del País Vasco Nagore Iriberri, especialista en la llamada Teoría de los Juegos y en economía experimental, Oliu invocó ambas disciplinas para ahondar en el comportamiento de los agentes económicos, que están actuando, pese a los ambiciosos estímulos monetarios del BCE, en sentido muchas veces opuesto a lo esperable. Hay una realidad que "va más allá de la racionalidad aparente" y surgen "comportamientos aparentemente irracionales", sostuvo.

Oliu, catedrático de Economía y banquero, avanzó el envejecimiento demográfico como hipótesis explicativa de que la bajada de tipos no esté reduciendo el ahorro y promoviendo el consumo, como predice la teoría. "La función consumo, que tiene una elasticidad negativa en relación a los tipos de interés, podría no funcionar a partir de ciertas edades", de forma que cuanto más cerca se esté del fin de la vida laboral "la caída de los tipos de interés obliga a acumular más ahorro y no menos para la jubilación", por lo que "no resulta racional aumentar el consumo".

A sus vez, la expansión y relajación monetarias, aunque debería acrecentar la inversión porque abarata la financiación, puede actuar a la inversa, en la medida en que tasas de interés tan insólitamente reducidas "también pueden denotar", dijo Oliu, "incertidumbre y miedo" ante el futuro inmediato, lo que condiciona la asunción de riesgos adicionales por los inversores. "En vez de estimular la inversión, la retrae", dijo el presidente del Sabadell.

El consejero de Empleo, Industria y Turismo de Asturias, Francisco Blanco, profesor de Economía Pública, esbozó una aplicación de la Teoría de Juegos (según la cual los individuos toman sus decisiones en función de sus propias expectativas, intereses y objetivos, pero tomando a la vez en consideración lo que creen que harán los demás porque el comportamiento ajeno condiciona los resultados del propio) para sopesar la compleja situación política española, en la que los actores (los partidos políticos) parecen haber alcanzado el denominado "equilibrio de Nash" porque "ninguno quiere cambiar su comportamiento" pese a que la resultante de este proceder "es insatisfactorio".

Oliu, Blanco y el profesor Jordi Brandts elogiaron las aportaciones de Iriberri, quien explicó sus líneas de investigación (entre ellas, la distintas respuestas de hombres y mujeres a la presión) y sostuvo que los economistas "pueden aportar mucho a la sociedad" pero que precisan "la colaboración con las instituciones".