La industria europea del acero levantó ayer la voz al unísono contra la competencia desleal que, denuncia, siguen practicando los fabricantes chinos y ante el impacto de las políticas la Unión Europea (UE) para recortar las emisiones de CO2 de aquí a 2020. En una carta dirigida a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, 58 ejecutivos del sector reclaman más mano dura contra los productores orientales y piden que se moderen las pretensiones comunitarias en materia ambiental para evitar pérdidas de competitividad. La relación de empresas está encabezada por Arcelor-Mittal y representa casi el cien por ciento de la producción acerera de la Unión.

"Todo esto pone en peligro la continuidad de los puestos de trabajo y las inversiones en la siderurgia europea", denuncian los productores en un escrito que firma Aditya Mittal en representación de Arcelor y que suscriben, entre otros, los primeros ejecutivos de las compañías españolas Celsa, Gallardo Balboa, Acerinox, Olarra, Megasa, Sidenor, Tubacex y Tubos Reunidos. El llamamiento llega a las puertas de la cumbre del Consejo Europeo que tendrá lugar el jueves y el viernes próximos, y en el que se comenzarán a discutir posibles estrategias a adoptar para defenderse de la competencia desleal de otros países, especialmente de China y Rusia.

La fuerte presión de las empresas del acero ya ha motivado que la Unión Europea haya aprobado a lo largo de los últimos meses una serie de aranceles de defensa de la industria del Viejo Continente. Es una batalla comercial para intentar parar las prácticas de "dumping" (ventas por debajo del coste de producción) de los productores asiáticos. Pero los esfuerzos, aunque valorados por las compañías, están tiendo unos efectos muy limitados, sostienen los siderúrgicos. "Se están poniendo tasas de entre el 13 y el 15%, cuando estos productos llegan a Europa con rebajas superiores al 40%", señaló una fuente del sector. Las últimas trabas se implantaron a principios de este mismo mes a la chapa gruesa y los aceros laminados, dos productos que Arcelor fabrica en sus plantas asturianas.

En su misiva, los patronos del acero europeo piden a la UE que de ningún modo declaren a China como economía de mercado, una decisión a abordar en los próximos meses y que de producirse restringiría mucho la capacidad de actuar contra las prácticas de competencia desleal. En un tono firme, las empresas critican que "la aplicación de los instrumentos de defensa comercial de la UE son lentos en comparación con los de nuestros socios comerciales. Y la eficacia de las medidas 'antidumping', dudosas". Reclaman que se imiten la estrategia de Estados Unidos, que impone aranceles mucho más duros.

Otro asunto que trae de cabeza a la industria del acero europeo son las exigencias medioambientales para reducir sus emisiones que quiere imponer la UE. "La industria siderurgia europea está firmemente comprometida con este recorte", según los directivos. Aunque hay un pero: "La actual propuesta (de reducción de los derechos gratuitos de emisión) impone a los productores siderúrgicos europeos costes que no tienen que asumir nuestros competidores en el resto del mundo. Necesitamos un régimen de comercio de derechos de emisión que potencie un cambio en los métodos de producción del acero y no simplemente una deslocalización". No atender a sus reclamaciones, amenazan, puede llegar a tener efectos nocivos sobre el empleo en el sector y las futuras inversiones a desarrollar en las plantas europeas.