Asturias tiene más personas con trabajo que hace un año y el último verano, con una campaña turística de récord, propició un descenso del paro, siquiera estacional, que fue de los más intensos de España. Esa primera lectura de los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) que se conocieron ayer tiene como reverso otros rasgos como los siguientes: la recuperación del empleo es tibia y más modesta que en la mayor parte del país, y llega con dificultad a los jóvenes y a los parados de larga duración, dos colectivos singularmente vulnerables. El paro juvenil sigue en niveles impropios de una economía desarrollada (47,02%) y dos de cada tres parados asturianos (el 61,8%) llevan más de un año buscando trabajo sin encontrarlo.

La EPA, basada para Asturias en las respuestas facilitadas por unos 2.600 hogares, aporta sobre el tercer trimestre del año información que confirma que el verano fue claramente favorable para el empleo. La relación de asturianos con trabajo aumentó en 12.100 personas respecto a la primavera y escaló hasta las 393.900 (la cifra más alta desde fines de 2011), y la lista de parados se redujo en 10.200 desempleados, hasta quedarse en 80.900. Son resultados que se explican principalmente por la oferta de empleo temporal del sector servicios, si bien se produjeron también mejoras de la ocupación en la construcción y en el campo. La EPA indica también que se produjo un pinchazo en el empleo industria, con la pérdida de unos 400 puestos de trabajo en el trimestre.

Con tales datos, Asturias aparece como la sexta comunidad donde más aumentó la ocupación durante el verano (3,18%) y como la quinta con un mayor retroceso del paro (11,23%) en tres meses.

El tono favorable que sugieren esas cifras pierde lustre cuando la comparación se hace entre cómo están el trabajo y el paro en Asturias en 2016 y cómo estaban doce meses atrás. Esta perspectiva, que permite aislar parte de los efectos estacionales y vislumbrar la tendencia que sigue el mercado laboral asturiano, confirma en primer lugar que la región está recuperando empleo, aunque lo hace con menos vigor (aumento del 1,19% interanual) que España en su conjunto (2,65%) y es la cuarta comunidad con un crecimiento de la ocupación más modesto. La divergencia persisten si, para depurar la posible volatilidad en los resultados trimestrales de la encuesta, se consideran los datos completos de los últimos 24 meses: el número de ocupados crece en la región a tasas medias que no superan el 1,8%, frente al 2,8% nacional.

Ese avance del empleo está muy concentrado en el sector servicios y entre los asturianos que superan los 35 años de edad. La EPA señala en este punto que el nivel de desempleo juvenil permanece en niveles alarmantes: el 47,02% de los menores de 25 años que estaban en el mercado laboral este pasado verano no tenían trabajo. Y la tasa sube a una media anual del 52% si se consideran los datos de trimestres precedentes. Asturias, con una tasa general de paro inferior a la española (17,05% frente a la nacional del 18,91), tiene en cambio el quinto índice de desempleo juvenil más alto de España, inferior a los de las regiones más pobres del Sur (Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha) y al de Canarias.

La falta de un empuje mayor en la creación de empleo explicaría también que, pese al descenso trimestral del verano, Asturias tenga 1.400 parados más que hace un año, según la EPA, un dato que sin embargo no concuerda con los del desempleo registrado en las oficinas públicas de empleo.