La economía española moderó su crecimiento entre julio y septiembre, con un alza del 0,7 %, una décima menos que en los tres trimestres precedentes, mientras que la variación anual fue del 3,2 %, dos décimas por debajo del primer y segundo trimestre, según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La tasa de avance trimestral coincide con la anticipada por el Banco de España, que sostiene que, pese a la ligera moderación de una décima, el crecimiento sigue impulsado por la fortaleza del gasto de familias y empresas, pero con menor aportación del saldo exterior. Asimismo, señala que la continuidad de la trayectoria expansiva de la actividad se habría producido en un contexto de elevado crecimiento del empleo y condiciones financieras "muy favorables". Sin embargo, la aportación del sector exterior habría sido menor a la observada en el periodo abril-junio, meses en los que las exportaciones mostraron un tono muy positivo, a pesar de la debilidad del entorno global.

Los expertos consideran que la ralentización registrada por el PIB español entra dentro de lo previsto en un contexto internacional de incertidumbre. Se espera, no obstante, un cierre del año con un crecimiento robusto, en torno al 3,1 %

Ayer se conoció también que la economía estadounidense experimentó un crecimiento anualizado del 2,9% en el segundo trimestre, o que supone su mayor ritmo de crecimiento desde el tercer trimestre de 2014 y supera en 1,5 puntos porcentuales la expansión registrada en el segundo trimestre del año, según los datos publicados por el Departamento de Comercio.

El crecimiento de EE UU refleja principalmente la contribución positiva del gasto en consumo personal, las exportaciones, la inversión en inventarios privados, el gasto público federal y la inversión fija no residencial, que se vieron parcialmente compensados por las contribuciones negativas de la inversión fija residencial y el gasto público estatal y local.

En concreto, el gasto en consumo personal registró un crecimiento anualizado del 2,1% desde el 4,3%% en el segundo trimestre, mientras las exportaciones crecieron un 10%, tras hacerlo en un 1,8% en el trimestre anterior. Las importaciones subieron un 2,3%, después de mantenerse planas en el segundo trimestre. Por su parte, el consumo y la inversión del Gobierno experimentó en el tercer trimestre expansión anualizada del 0,5%, tras haber disminuido un 1,7% en los tres meses anteriores. El dato del PIB estadounidense abona el camino para una próxima subida de tipos de interés por parte de su banco centra, la Reserva Federal.