El expresidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, no vulneró las reglas éticas de la Unión Europea al aceptar el puesto de director no ejecutivo y asesor del banco de inversiones Goldman Sachs, según ha concluido la comisión ética a la que el actual Ejecutivo comunitario encargó el análisis del caso.

El presidente comunitario, Jean-Claude Juncker, ya ha informado a su predecesor de las conclusiones del comité de expertos independientes y "examina ahora con atención" el análisis recibido "antes de tomar una decisión". Bruselas decidió abrir una investigación interna dos meses después de que se conociera el fichaje de Barroso por Goldman Sachs en medio de una fuerte polémica. El dictamen allana el camino para que Barroso no sea sancionado y siga cobrando su pensión vitalicia como expresidente de la Comisión Europea: 7.500 euros al mes ahora que a partir de los 65 años se convertirán en 11.000.

La comisión ética considera que no se vulneraron las reglas europeas que exigen "integridad y discreción" a los ex altos cargos de la UE. Señala, además, que el expresidente sostiene que su labor no será la de "lobista", pese a que, de momento, Bruselas le ha degradado en el trato protocolario y ha decidido recibirle en la sede de la Comisión como representante de un grupo de presión y no como expresidente.

El comité ético también ha tenido en cuenta que Barroso cerró su paso a Goldman Sachs (banco que asesoró a Grecia para el maquillaje de sus cuentas públicas) veinte meses después de dejar Bruselas, esto es dos meses después de los primeros 18 meses, que le hubieran obligado a notificar a la Comisión el fichaje y recibir visto bueno.