La Comisión Europea reclama a los países poco endeudados y sin acusados déficits fiscales que adopten, en la medida de sus posibilidades, una política fiscal más expansiva que sea equivalente (bien mediante recortes de impuestos o mayor gasto e inversión públicos) al 0,5% del PIB (algo más de 50.000 millones en el conjunto del área monetaria). Se trata de dar más estímulo a una economía ralentizada y que no acaba de despegar con vigor.

La propuesta es indicativa y optativa, y se suma a otras peticiones en el mismo sentido que vienen haciendo el BCE, el FMI y otros organismos. De hecho, la UE aflojó sus exigencias de austeridad desde 2014 con una política fiscal considerada neutra tras cuatro años de austeridad contractiva para hacer frente a la crisis de la deuda soberana y la fragmentación financiera de la eurozona.

La petición se dirige a los estados que, como Alemania y Países Bajos, tienen "espacio fiscal" para ser más expansivos, mientras que se mantiene la exigencia de contención y ajuste para España y otros países. España tiene el segundo mayor déficit fiscal y la sexta mayor deuda pública de la UE.