Germán Cantera Fernández fue elegido el pasado verano presidente de la Federación de Polígonos Industriales de Asturias (APIA), que agrupa desde hace 20 años a las organizaciones de empresarios y propietarios de áreas industriales de la región. Cantera, ingeniero técnico agrícola, es director-gerente de Agrovaldés, cooperativa que desde el polígono de El Zarrín, en La Espina (Salas), ha logrado penetrar con sus quesos en EE UU.
-¿Con que objetivos asume la presidencia de APIA?
-Conseguir objetivos en una organización es una labor de equipo. Seguirán siendo los de la federación: que los polígonos industriales y, por tanto, las empresas que están en ellos, tengan las mejores condiciones posibles para desarrollar la actividad.
-¿Y cómo se mejoran?
-Ayudando a los empresarios y propietarios a organizarse y a utilizar el poder de representatividad e interlocución; dotando a los polígonos de nuevos equipamientos de uso colectivo; consiguiendo que los ayuntamientos cumplan con su responsabilidad, y cooperando con ellos para que, uniendo los recursos y esfuerzos públicos y privados, se solucionen los problemas y se potencien las oportunidades que ofrecen los polígonos. Los objetivos deben ser ambiciosos dentro de las posibilidades reales de conseguirlos. Lo que no nos falta es camino por andar y entusiasmo.
-¿Cuáles han sido los principales logros de APIA en sus 20 años ?
-Uno de los más importantes ha sido dar "visibilidad" a los polígonos y crear una conciencia de lo que realmente significan. Hace dos décadas, cuando se hablaba de ellos, solo se hacía referencia a la existencia o no de suelo disponible y al precio de las parcelas. Desde que se constituyó APIA, la primera federación española, y a continuación, por nuestra iniciativa, la Coordinadora Española de Polígonos Empresariales (CEPE), se ha ido consiguiendo que tanto la administración como las empresas se preocupen de los polígonos en funcionamiento. Se lograron mejoras en medio ambiente, seguridad, movilidad, comunicaciones, normativas de espacios comunes, aprovechamiento de sinergías entre empresas...
-El exceso de suelo industrial en Asturias, ¿es un problema o una oportunidad?
-Desde luego puede suponer un problema económico para los que han desarrollado el suelo industrial asignando recursos y no venden las parcelas, sobre todo si el tiempo se prolonga y la inversión no se recupera en el plazo previsto. Sin embargo, desde el punto de vista de los demandantes de suelo es una oportunidad.
-¿Por qué?
-Por varias razones. El precio ha bajado considerablemente en comparación con los años anteriores a la crisis, las facilidades de financiación también son mayores, la disponibilidad de suelo sin listas de espera es importante y el inversor puede barajar distintas opciones según sus necesidades.
-Tienen millones de metros cuadrados donde elegir...
-En los años en los que por cada parcela había hasta diez solicitudes las empresas que querían desarrollar su proyecto tenían dificultades para obtener suelo, por lo que incluso tenían que buscar soluciones fuera de la región o esperar mucho tiempo, lo que no todas podían permitirse. De igual forma, en el sector público, cuando se presentaban oportunidades de atraer inversiones a la región, tenían pocas opciones que ofrecer.
-Han surgido nuevas fórmulas para la ocupación del suelo industrial, como las naves nido o los alquileres con derecho a compra. ¿Qué le parecen?
-Han sido un acierto para satisfacer la demanda de un perfil de empresa que ha crecido respecto a los años anteriores a la crisis. Las microempresas y sobre todo los emprendedores tienen unas necesidades de localización distintas de las parcelas sin edificar o de tamaño medio o grande existentes en los polígonos. Las naves ya edificadas, de un tamaño relativamente pequeño y con disponibilidad inmediata, son una oferta adecuada para ellos. Además, tanto los que empiezan su andadura como los que tienen pequeños negocios pueden plantearse un tiempo de alquiler con la expectativa de ejercer el derecho a compra a medida que se consolida su empresa.
-¿La seguridad de los polígonos sigue siendo un problema?
-Es uno de los temas que más preocupan en los polígonos debido a las incidencias y a que están normalmente apartados de las zonas urbanas, sin actividad en horario nocturno y fines de semana. Los recursos públicos no son suficientes ya que los efectivos policiales tienen que prestar su servicio en zonas más amplias que los polígonos y para tener recursos privados existen numerosas dificultades tanto de tipo económico como de tipo legal.
-En muchos casos se han instalar cámaras de seguridad.
-Es fruto del trabajo realizado durante años por APIA con la Delegación de Gobierno y los ayuntamientos. Se encontró una fórmula para poder instalar cámaras de vigilancia en los viales y accesos de los polígonos, aunque es necesario cumplir unos requisitos exigentes. Los servicios de vigilancia de presencia, en los pocos polígonos donde existen, y las medidas de identificación son solo una parte de la solución. Es imprescindible que las empresas adopten medidas individualmente, las organizaciones procuren complementarlas con servicios comunes y la seguridad pública sea lo más efectiva posible. Y, sobre todo, que la coordinación y comunicación entre todos sea frecuente.
-La limpieza es otro de los problemas habituales.
-El cuidado de las zonas verdes y la limpieza de las zonas comunes es el servicio más abandonado en la mayoría de los polígonos y es un aspecto a tener muy en cuenta por motivos medioambientales, de convivencia, de salubridad y de imagen. No se le da la debida importancia y desde los ayuntamientos no se atiende, salvo excepciones, como sería deseable.
-¿Qué han hecho para resolverlo?
-En algunos casos desde las asociaciones se han promovido convenios de colaboración con los ayuntamientos para compartir este servicio, aunque no hay que olvidar que se trata de un servicio municipal. Los ayuntamiento deberían incluir los polígonos en sus cuadrantes de servicios de limpieza y jardinería.
-Las comunicaciones de los polígonos, ¿un déficit resuelto?
-Afortunadamente los avances tecnológicos y las inversiones públicas y privadas en comunicaciones han ido aminorando un problema real que existía no hace muchos años hasta poder decir que actualmente si hay alguna carencia es puntual, en zonas con dificultades concretas.
