La primera autopista eléctrica entre Asturias y Galicia está en pruebas y su puesta en servicio es inminente, según señalaron fuentes de Red Eléctrica de España (REE). Las obras del último tramo de la línea de alta tensión, Boimente-Pesoz, se prolongaron durante tres años y buena parte de ellas se ejecutaron desde el aire para reducir el impacto ambiental. La intervención continuada de helicópteros aportó singularidad a una obra cuyo coste superó los 70 millones de euros.
La nueva interconexión eléctrica de 400 kV entre Asturias y Galicia tiene una longitud de 81 kilómetros y en Asturias pasa por los concejos de Pesoz, Santa Eulalia de Oscos, San Martín de Oscos y Grandas de Salime. Atraviesa parajes de alto valor medioambiental, por lo que fue necesario adoptar medidas para la protección de hábitats y especies relevantes. Así, para reducir la apertura de accesos y las zonas de acopio de materiales, Red Eléctrica de España decidió realizar parte de los trabajos desde el aire. Se utilizaron helicópteros para el hormigonado de seis apoyos, para el izado de cinco torres eléctricas y para el tendido de cables conductores en los 81 kilómetros de trazado de la línea Boimente-Pesoz. El vuelo de las aeronaves fue constante.
Los helicópteros se utilizaron para el izado de cinco apoyos situados en zonas de protección y en los otros 153 se usaron o bien plumas o bien grúas. Cuando el acceso tenía una orografía complicada y la entrada para grúas podía originar fuertes impactos paisajísticos, se utilizaban las plumas. Con ellas se izaron 96 apoyos, el 61% del total. Junto a la utilización de helicópteros y plumas se adoptaron otras medias de protección ambiental como, por ejemplo, el aumento de altura de los apoyos para salvar masas de arbolado o la construcción de balsas de decantación y filtros para evitar la contaminación de cursos de agua.
La obra de la línea Boimente-Pesoz, que completa la autopista energética de la cornisa cantábrica, concluyó el pasado mes. Según señalaron fuentes de Red Eléctrica de España, "el tendido entrará en servicio una vez que acaben las pruebas técnicas que se están realizando en estos momentos". Con este nuevo trazado, Asturias contará con interconexiones de alta tensión con todas las comunidades vecinas.
Boimente-Pesoz se proyectó con el fin de mejorar la cobertura de la demanda eléctrica en el Noroeste de España y, sobre todo, para apoyar la evacuación de nueva generación renovable, principalmente eólica de Galicia, hacia regiones cantábricas con saldo eléctrico negativo como el País Vasco. Por ese motivo, desde el Gobierno del Principado se teme que la entrada de energía renovable procedente de Galicia provoque un "estrangulamiento" de las instalaciones de producción asturianas, sobre todo teniendo en cuenta que el proyecto de la tercera conexión eléctrica con Castilla y León, la línea Sama-Velilla, ha quedado congelada y fuera de la planificación eléctrica entre 2015 y 2020 que diseñó el Gobierno.
Sistema robusto
Desde Red Eléctrica de España aseguran que con el desarrollo de la planificación prevista, la red de Asturias será lo suficientemente robusta para gestionar las energías que en la región se producen y las que van a poder transitar desde Galicia y que no habrá problemas de saturación.
Sama-Velilla, reclamada por el Principado, no está en la planificación eléctrica 2015-2020 al no superar favorablemente los análisis de coste-beneficio y por las limitaciones presupuestarias. Dentro de la planificación hay prevista una inversión de 102 millones de euros en Asturias. Además de Boimente-Pesoz destaca el proyecto del nuevo anillo central para reforzar el suministro en el eje industrial Gijón-Avilés, que está en tramitación.
