Omar Rodríguez camina por el centro de Oviedo cargado de bolsas. En una lleva una camisa, en otra unos pantalones y en una tercera, un vestido para su mujer. Todos los comercios que tiene a su alrededor anuncian descuentos con grandes y llamativos carteles en sus escaparates. Es poco más de la una de la tarde y la calle doctor Casal es un hervidero de compradores. Es el "viernes negro" ("black friday"), una estrategia comercial importada de Estados Unidos y que el sector asturiano ha acogido con gusto para levantar sus ventas, bajando los precios de al menos parte de sus productos. Rodríguez es de los que lleva los deberes hechos de casa, como recomiendan las organizaciones de consumidores. "Estuve mirando en las webs lo que iba a comprar y las rebajas que tenían. Iba a tiro fijo", asegura. Esperar y comparar por la red tuvo su recompensa en forma de descuentos de hasta el 40%.

Una opinión extendida entre los comerciantes asturianos es que esta nueva iniciativa de "marketing", que cruzó el Atlántico hace unos tres años, es un éxito y ayuda a animar las ventas en una temporada tradicionalmente mala. "Comparado con cualquier viernes de un mes de noviembre hay bastante gente, y la impresión que tenemos es bastante buena", asegura el gijonés David Argüelles, presidente de la Unión de Comerciantes de Asturias.

Vanessa Rodríguez y Adriana Rojas fueron otras de las que midieron bien antes de hacer sus compras. La primera lleva un café en su mano derecha y con la izquierda sujeta un par de bolsas. En una lleva una chaqueta y en otra unos zapatos. "Ya les tenía echado el ojo", explica, "pero estaba esperando a que bajaran de precio". La rebaja, en el caso del calzado, fue de diez euros. "Estaban a 30 euros y me costaron 20". Rojas lleva alguna bolsa menos: "Solo me compré unas botas".

Aunque jóvenes, ambas son reacias comprar por internet. "Yo no me fío, necesito verlo con mis propios ojos. Probármelo y saber que me queda bien", zanja Vanessa Rodríguez. Y matizan que no todos los descuentos son al final tan importantes como se anunciaban. "Acabamos de salir de una cadena de ropa que solo tenían el 20%", explican.

Pese a reticencias como las comentadas, las ventas online están creciendo con bastante fuerza en la región. Y el "viernes negro" era un día señalado en el calendario de muchos negocios cuyos correos electrónicos echan humo. Es el caso de Lorena Claros y Diana Hernández, que regentan una tienda por internet de productos infantiles y que desde que activaron los descuentos del "viernes negro" en su web no han parado de envolver paquetes con destinos de lo más diverso. "Ahora estaba empaquetando uno para Tarragona, y aquí al lado hay otro para Castellón y otro para Madrid", explica Claros. En las primeras horas de promoción lograron muchas más ventas de las que suelen hacer en toda una semana normal. "Había mucha gente que estaba pendiente de los descuentos; la inmensa mayoría para adelantar las compras de Navidad", apunta. Eso sí, para llegar a esta masiva entrada de clientes "estuvimos como una semana sin pedidos". Las expectativas eran muy altas.

Pero la alegría fue por barrios. En Avilés, el portavoz de la Unión de Comerciantes (UCAYC), Javier Reig, apunta que los efectos del "viernes negro" fueron limitados. "No parece que haya habido una gran afluencia de clientes, ni que haya tenido el efecto llamada que se esperaba", argumenta. Y eso que muchos de comercios avilesinos de lo más diverso se apuntaron a esta iniciativa. "Es un tema controvertido, además, porque muchas de las compras que se hacen ahora luego se dejan de hacer por Navidad", argumenta.

Lo contrario ocurrió por el centro de Oviedo. "Esto ha estado muy animado", señaló Alfredo Alfajeme, que trabaja en una tienda de ropa en la calle Gil de Jaz. A su lado, Jaime Iglesias, apunta que "hay mucha gente que ha estado aguantado para comprar hasta hoy, muchos llaman incluso preguntando si tenemos descuentos. Ahora para vender hay que tener algún tipo de promoción o rebaja". Del comercio sale la ovetense Pilar Vega con un abrigo azul nuevo. Su última adquisición. Aunque en su caso no fue atraída por los descuentos. "Me acaban de pagar la extra y he venido a gastarme algo de dinero", explica.

Rosana González, otra trabajadora de una tienda textil de Oviedo, también notó una mayor afluencia de clientes. "Se vende de todo, pero la mayoría están comprando ya los regalos de Navidad", matiza. A la espera de las fiestas, ayer, muchas cajas registradoras echaron humo con la fiebre del "viernes negro".