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RAPHAEL NAGEL | Economista, exdirectivo de Deutsche Bank y escritor

"La banca quiere acabar con el efectivo para cobrarle intereses al ahorrador"

"En España falta cultura financiera en todos los niveles, hay muchos empresarios que no saben leer un balance, que navegan sin brújula"

"La banca quiere acabar con el efectivo para cobrarle intereses al ahorrador"

Raphael Nagel (Heilbronn, Alemania, 1970) es economista formado en universidades de Alemania, Inglaterra y España. Durante 17 años trabajó para bancos y fondos de inversión, principalmente en el grupo Deutsche Bank, en el que fue directivo. En 2010 sufrió un infarto provocado por la presión laboral y decidió dar un golpe de timón a su vida. Dejó Berlín y se trasladó a vivir a Barcelona, donde comenzó a dedicarse a apoyar, por un lado, a las pymes en la reestructuración y refinanciación de las deudas, como socio de Exante Merchant Bankers, y por otro lado a las familias en riesgo de exclusión por endeudamiento a través de la Fundación Nagel, que prepara su desembarco en Asturias. Además acaba de publicar el libro "Turbocapitalismo. Los maestros de la quiebra", donde carga contra los desmanes del sistema financiero.

-¿Qué quiere decir cuando habla de turbocapitalismo?

-Hablo de una degeneración del capitalismo. Con ese término defino la avaricia de los grandes capitales por ganar mucho dinero con muy poco esfuerzo, sin importar las consecuencias y el daño que puede ejercer sobre la gente, en especial, la más vulnerable y con menos recursos. En 2010 el 1% de la población mundial más rica tenía el 44% de la riqueza y en 2015 ya subió hasta el 50%. Las nuevas generaciones se dan cuenta de que van a tener menos oportunidades que las anteriores y eso tiene consecuencias políticas que ya estamos viendo en Estados Unidos, Reino Unido, Italia?

-¿Se ha convertido en un anticapitalista?

-No, no. Yo he trabajado en la banca? No obstante considero que hay que civilizar el capitalismo. Además creo que hay aspectos del socialismo esenciales como la solidaridad, la fraternidad y la justicia social, unos valores que la sociedad debe preservar.

-En su etapa en la banca, ¿fue testigo de muchos desmanes?

-Yo trabajaba en las unidades de refinanciación y reestructuración de deudas, no estaba en la banca a pie de calle, no puedo decir que viera algo irregular.

-Pero sí critica sus prácticas.

-El sistema financiero se ha desvinculado de la economía real. Actualmente el 95% de transacciones que se realizan son operaciones especulativas que carecen de vinculación con la economía productiva. La banca no obtiene el grueso de sus ganancias de prestar dinero, sino de la especulación. Ha desaparecido el viejo modelo de banca que llamábamos "tres, seis, tres", el de te pago 3% de interés por tu dinero, cobro 6% por el dinero que te presto y a las tres de la tarde me voy a jugar al golf. Ahora todo es virtual. Y en esa línea está el interés de los bancos por acabar con el dinero en efectivo aludiendo al fraude. El objetivo es desposeer a los ahorradores aplicándoles intereses negativos y eso solamente es posible si no existe el dinero en efectivo, puesto que el "cash" es el principal problema para llevar a cabo sus planes.

-En su libro carga contra el sistema bancario español, al que considera un oligopolio?

-El abuso de poder de la banca en España no se da en ningún otro país europeo. Aquí sólo hay quince entidades bancarias -frente a las 1.850 que hay en Alemania, por ejemplo- y de ellas cuatro tienen una cuota de mercado de casi el 80%. Esta concentración es insana para el sector, por los riesgos, y para los ciudadanos. Hay muy pocas fuentes de financiación, lo que atribuye a esos pocos bancos un poder desproporcionado en el mercado y sobre el poder político, porque en el fondo la banca es la que coloca en los mercados financieros la deuda estatal.

-Pero cada vez hay más vías alternativas de financiación.

-Por suerte sí, pero España no es Estados Unidos, aquí el 90% de la financiación sigue pasando por los bancos.

-El caso de las participaciones preferentes desenmascaró los abusos de los bancos en España.

-Ahí se dieron claros abusos de confianza. No era un producto para el inversor de la calle. Incluso muchos empleados de banca no sabían lo que estaban vendiendo.

-¿Falta cultura financiera en España?

-A todos los niveles. Yo trabajo ahora en el asesoramiento de pymes endeudadas y te das cuenta de que muchos empresarios no saben leer los balances de su negocio, que navegan sin brújula. Eso provoca que muchas empresas con dificultades presenten el concurso de acreedores cuando ya son inviables, lo que lleva a la liquidación, a la destrucción de empleo a la generación de gastos para el Fogasa, la Seguridad Social?

-¿Hay vida después del endeudamiento?

-Claro que sí. Hay que desmitificar el concurso de acreedores, como hacen en otros países. Donald Trump se acogió a seis concursos de acreedores y ahora es presidente de Estados Unidos. El concurso no es el final, pero hay que presentarlo a tiempo. Es un aspecto en el que trabajamos en los talleres que organizamos desde nuestra fundación.

-¿A qué se dedica la Fundación Nagel?

-Por un lado a luchar contra la exclusión social provocada por el sobreendeudamiento y por otro lado a fomentar la educación financiera mediante actividades divulgativas. Ahora estamos estudiando la posibilidad de abrir una delegación en Asturias.

-¿Por qué?

-Es una región muy afectada por el cambio de ciclo económico. Las prejubilaciones ayudaron a asumir el cierre de sectores como el de la minería, pero hace falta la creación de nuevos puestos de trabajo. Asturias, que tiene unas condiciones de vida envidiables y una buena universidad, tiene mucho potencial, pero la gente formada se va fuera y la población que queda cada vez está más envejecida. Desde la fundación consideramos que es necesario fomentar la educación financiera para buscar alternativas y ayudar a poner en contacto a los emprendedores locales con posibles inversores.

-¿Hay peligro de recaer en la crisis?

-El contexto económico y político es complejo. China se plantea limitar la salida de dividas, Italia es un nuevo problema para la Unión Europea, pronto se celebrarán las elecciones en Francia y después en Alemania y Holanda, y es muy difícil predecir la política exterior y monetaria de Estados Unidos. Entramos en una época turbulenta, todo el mundo debe tener prudencia a la hora de endeudarse.

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